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El que fue el segundo lago más grande de México es ahora un cementerio de barcos pesqueros abandonados

El segundo lago más grande de México es ahora un cementerio de barcos pesqueros abandonados

La sequía ha secado el que era el segundo lago más grande de México, destruyendo una economía pesquera antes floreciente en Michoacán.

En el lago de Cuitzeo, a 30 kilómetros de la capital del estado, Morelia, las embarcaciones de pesca se encuentran ahora en el lecho seco del lago, que se ha convertido en un atajo para los automovilistas.

La escasez de agua también crea frecuentes y prolongadas nubes de polvo que llegan a los municipios de Guanajuato a 20 kilómetros de distancia. Eso afecta a la salud de los habitantes de las comunidades cercanas, provocando alergias, enfermedades respiratorias y complicaciones gastrointestinales por las bacterias que transportan, según la Secretaría de Salud del Estado.

El lecho del lago de más de 300 kilómetros cuadrados se encuentra en los municipios michoacanos de Huandacareo, Chucándiro, Copándaro, Álvaro Obregón y Zinapécuaro.

Julieta Gallardo Mora, presidenta honoraria de una fundación comprometida con la conservación del lago, dice que su deterioro comenzó en 1941 y que las autoridades no han hecho ningún esfuerzo por detenerlo.

El primer golpe fue cuando se construyó la presa de Cointzio en 1941, lo que supuso la eliminación de dos tercios del lago de Cuitzeo, dijo.

Gallardo agregó que el primer impacto notable fue la desaparición de peces, empezando por la chirostoma, que es nativa de los lagos de Jalisco y Michoacán, seguida por el pez blanco y otros seres acuáticos.

Cuitzeo debería tener 800 millones de metros cúbicos de agua, pero hoy no tiene ni 200. Esa es la magnitud del problema, dijo.

Según las estimaciones del gobierno, la pesca sólo produce el 5% de lo que solía hacer en los años 90 y de las 19 especies de peces documentadas en 1975, sólo quedan seis.

El Secretario de Estado de Medio Ambiente, Ricard Luna, dijo que la deforestación y la construcción de dos carreteras hace 30 años, que dividieron el lago en tres partes, han contribuido a su desaparición.

Un investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Alberto Gómez-Tagle, identificó como otros factores la demanda de agua en la capital del estado, Morelia, y los desechos de las granjas porcinas y los residuos industriales de las fábricas, que se vierten en el lago. 

La alcaldesa de Huandacareo, Celedonia Guzmán Herrera, dijo que aunque los alcaldes de la región han presentado proyectos para rescatar el lago, las autoridades federales no han intervenido, y el deterioro de la industria pesquera ha provocado un aumento de la migración a Estados Unidos.

Insiste en que las autoridades municipales no tienen los recursos para restaurar el lago, y pidió a la Secretaría de Medio Ambiente y a la Comisión Nacional del Agua que inicien un plan que las autoridades municipales les han presentado.

El gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, dijo que el rescate del lago debe ser abordado conjuntamente por las autoridades federales y estatales y los 15 municipios que lo rodean.

Advirtió que para sanear las aguas residuales que le llegan se requerirían al menos 3 mil millones de pesos (150 millones de dólares), que dijo sólo puede aportar el gobierno federal.

Académicos de la UMSNH, pescadores y activistas han creado una petición en change.org para que el gobierno rescate el lago y restablezca su actividad económica. La petición había reunido casi 28.000 firmas hasta el jueves.

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