La situación del coronavirus se deterioró rápidamente en un pueblo de la región del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, hasta entonces libre de Covid, después de que una persona infectada llegara en un taxi hace cuatro semanas.
Magdalena Tequisistlán, situada a 65 kilómetros al interior de la ciudad portuaria de Salina Cruz, ha registrado desde entonces más de 160 casos confirmados y al menos 19 muertes por Covid-19.
Las autoridades municipales creen que el número real de casos supera los 1.000, lo que significaría que aproximadamente uno de cada seis residentes de la localidad indígena de Chontal se ha infectado.
Con la gente quedándose en casa para tratar de evitar el virus, las calles de Magdalena Tequisistlán están prácticamente vacías, según un informe del periódico El Universal. El tañido de las campanas de la iglesia local es uno de los pocos signos de presencia humana, pero su sonido es señal de muerte más que de vida. Desde la primera víctima mortal de Covid-19 en el pueblo, las campanas apenas han dejado de sonar.
Magdalena Tequisistlán está haciendo todo lo posible para evitar que lleguen más personas con el virus a la ciudad. Se han establecido puestos de control sanitario en los que los forasteros deben detenerse para que se les tome la temperatura y todo el que llega está obligado a registrarse en la policía municipal.
Para los residentes, el brote es la primera ola de la pandemia, dijo el alcalde Roel Filo Lozano.
Nos está golpeando con todo lo que tiene porque nos ha pillado con una clínica sin medicinas, un hospital abandonado, sin vacunas para personas de 30 años y con los de 50 y 40 años sólo con una dosis, dijo.
… [Las autoridades] nos dicen que no tienen personal [médico] ni equipo para atender [la situación aquí]. Es urgente que el gobierno federal envíe vacunas para protegernos porque prácticamente muere una persona por día, dijo Filo.
Prácticamente todos los funcionarios municipales y muchos policías están actualmente enfermos de Covid, siendo el alcalde una de las pocas excepciones entre los trabajadores municipales.
Helena Luna, síndica municipal, dijo a El Universal que ella, el alcalde y un regidor, todos los cuales han evitado hasta ahora contagiarse del virus, realizan una amplia gama de trabajos debido a la ausencia de otros trabajadores municipales. Van a Salina Cruz a rellenar tanques de oxígeno y el alcalde incluso cavó una tumba en una ocasión porque no había nadie más para hacerlo, dijo.
Mis hijos me dijeron que dejara [de trabajar], que me estaba poniendo en riesgo, pero tengo una obligación con el pueblo, dijo Luna.
Otros miembros de la comunidad también se están movilizando para apoyar a sus compañeros, como Roberto Ordaz, que entregó alimentos y medicinas gratuitas a una familia en apuros que está cuidando a dos miembros enfermos de Covid y que perdió a su patriarca de 73 años a causa de la enfermedad la semana pasada.
Es un pueblo pequeño y todos nos conocemos. Por eso cuando me enteré de la situación de esta familia decidí venir a dejarles algo de comer. Creo que es el momento de apoyarnos unos a otros, dijo.