Los pacientes con coronavirus ingresados en hospitales públicos de México tienen muchas más probabilidades de morir que los que son atendidos en hospitales privados, según un estudio encargado por la Organización Mundial de la Salud.
Más del 50% de los pacientes con coronavirus ingresados en los hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) murieron en 2020, según datos citados en La respuesta de México a Covid-19: Un Estudio de Caso del Instituto de Ciencias de la Salud Global (IGHS). Aproximadamente el 30% de los pacientes con Covid atendidos en otro tipo de hospitales públicos, los operados por la Secretaría de Salud federal y por el Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), sucumbieron a la enfermedad.
Sin embargo, sólo un 20% de los pacientes de Covid-19 ingresados en centros sanitarios privados perdieron la vida a causa de la enfermedad.
Jaime Sepúlveda, director ejecutivo del IGHS y uno de los autores del estudio, dijo al periódico Reforma que la alta tasa de mortalidad en el sistema de salud pública se debe a la falta de personal médico que sepa operar ventiladores mecánicos y tratar enfermedades respiratorias graves.
El gobierno añadió camas en los hospitales públicos, pero la mayor capacidad no se vio acompañada de un aumento del personal sanitario suficientemente formado, dijo.
El aumento del número de camas en el sistema sanitario público, incluidas las de cuidados críticos, era probablemente necesario, pero la medida no era suficiente por sí sola para salvar la vida de muchos pacientes.
Muchos pacientes llegaron a los [hospitales] del IMSS… en una etapa avanzada de la enfermedad; [básicamente] llegaron para morir, agregó.
Sepúlveda también dijo que el gobierno federal no ha invertido lo suficiente en el sistema de salud pública y ha favorecido políticas de salud que se traducen en una mínima intervención en el tratamiento de los pacientes con coronavirus.
En resumen, el gobierno fracasó, dijo.
El mismo estudio del IGHS concluyó que se podrían haber evitado unas 190.000 muertes en México el año pasado si el gobierno hubiera gestionado mejor la pandemia de coronavirus.
Sepúlveda reconoció que el gobierno actual no es totalmente responsable del mal estado del sistema de salud pública, señalando que heredó un sistema roto que ha enfrentado una subinversión crónica desde 2016. Pero el actual gobierno ha realizado nuevos y agresivos recortes de financiación. En algunos casos, no ha ejercido todos los recursos asignados a diferentes partes del sector de la salud pública, dijo.
Hemos visto un desgaste institucional, (…) reformas mal ejecutadas (…) como [la creación de] Insabi, dijo Sepúlveda, refiriéndose al Instituto Nacional de Salud para el Bienestar, una nueva agencia federal que administra el plan de salud universal que sustituyó al Seguro Popular.
También criticó la centralización del proceso de compra de medicamentos por parte del gobierno, una medida que, según los críticos, ha provocado o agravado la escasez.
El estudio del IGHS también señaló que más de la mitad de todas las muertes por Covid-19 en México el año pasado se produjeron en personas menores de 65 años, mientras que los menores de esa edad sólo representaron el 19% de las muertes en Estados Unidos.
Sepúlveda dijo que el elevado número de víctimas mortales de Covid-19 -la cifra oficial de muertos ascendió a 210.812 el miércoles, pero la Secretaría de Salud ha reconocido que la cifra real supera los 300.000- se debe en gran medida a las graves deficiencias en la comunicación del gobierno federal con el público durante la pandemia y a su incapacidad general para gestionar la crisis con eficacia.
Entre los defectos de comunicación del gobierno se encuentran que nunca ha sido un defensor enérgico de las mascarillas y que al principio de la pandemia animó a la gente a no buscar tratamiento médico en el hospital si no tenían síntomas graves de Covid-19.
El jefe del IGHS también dijo que el gobierno ha privatizado efectivamente la gestión de la pandemia.
[El gobierno] ha dejado la gestión de la pandemia al mejor postor: los gobiernos locales y estatales, la sociedad civil. Eso es efectivamente la privatización de una emergencia pública, dijo Sepúlveda.
Dijo que los más pobres de la nación, las personas que trabajan en el vasto sector informal de México y los ciudadanos que vivían en hogares hacinados han sido los más afectados.
Son los que más han sufrido esta inacción e incompetencia del gobierno, dijo Sepúlveda.
Instó al gobierno a escuchar a los expertos en salud de fuera de sus filas -el estudio del IGHS descubrió que el gobierno no lo había hecho a la hora de tomar decisiones clave- y a corregir el rumbo con respecto a la gestión de la pandemia.
En 2021, lamentablemente, seguiremos teniendo una pandemia prolongada, pero todavía se pueden hacer intervenciones y políticas públicas que (…) reduzcan las cadenas de transmisión [del virus] y eviten las altísimas tasas de morbilidad y mortalidad, dijo Sepúlveda.