Las fuertes lluvias y el granizo que cayeron la noche del miércoles en Ciudad de México provocaron el derrumbe de un tejado que protegía parcialmente la zona arqueológica del Templo Mayor, en el centro histórico de la capital.
Sin embargo, sólo se registraron daños menores en el complejo del templo, un sitio turístico muy popular que servía como principal centro ceremonial de la ciudad azteca de Tenochtitlán.
El techo metálico de 250 metros cuadrados cayó sobre la Casa de las Águilas, una estructura que presenta esculturas talladas en relieve que representan a guerreros en procesión y rituales de derramamiento de sangre.
La Secretaría de Cultura dijo el jueves que los daños en la estructura eran menores, recuperables y restaurables y que las reparaciones comenzarían de inmediato. El presidente López Obrador también prometió que la Casa de las Águilas, donde los gobernantes aztecas hacían los preparativos para su propia muerte, sería reparada.
Leonardo López Lujan, arqueólogo jefe del Templo Mayor, dijo en Twitter que el colapso del techo fue un evento dramático. Dijo sentirse aliviado porque se evitaron daños mayores en el interior de la Casa de las Águilas y sus adornos, entre los que se encuentran restos de murales pintados.
No soy supersticioso, pero ¡bendita sea Tezcatlipoca! escribió López, refiriéndose a una deidad azteca asociada con la providencia y la hechicería.
La lluvia y el granizo de la noche del miércoles también provocaron pequeñas inundaciones en algunas zonas de Ciudad de México. La plaza central de la capital, situada cerca del Templo Mayor, se cubrió de blanco por el granizo, que empezó a caer hacia las 20:00 horas. También hubo relámpagos y fuertes vientos que derribaron árboles en varios barrios de Ciudad de México.