(A Todo Momento – El Nacional) — En un momento de desesperación, con permiso de mi amigo y poeta Leonardo Padrón, me permito, sin ser trovador, escribir un poema de mi inspiración, aunque este resulte ramplón. Esta catástrofe literaria, tiene justificación: he votado, marchado, escrito y he tragado gas lacrimógeno. He firmado, visitado a presos políticos, discutido con vecinos chavistas y, como colaboración, he trabajado para recoger fondos para la oposición e incluso, infructuosamente, intenté enamorar a esa flor llamada Mary Pili Hernández para sacarla de la revolución.
No me arrepiento de lo que he hecho en esta lucha desigual. Tampoco me arrepiento de votar. Lo haré, las veces que sean necesarias, pero sin Tibisay.
Seguiré haciendo lo que hay que hacer. No me rendiré ni me quedaré de brazos cruzados, criticando, quejándome y lamentándome. Mucho menos voy a despotricar ni a vilipendiar a quienes han luchado, pero sus estrategias no les han salido bien.
Regresando al principio, lo que me faltaba era escribir un poema. Quién quita y este poema tan malo cambie a un gobierno tan requetemalo.
Oda a la IV
I
¡Oh, cuarta república!, cómo te añoro. Devuélvanme mi país. Contigo vivía quejándome pero había azúcar; leche, harina, medicinas. Viajaba, tomaba whisky, vino y no estaba en quiebra.
¡Oh, cuarta república!, cómo te añoro. No había real en mis bolsillos; pero el dinero era real y mi país subía como la hiedra, que arriba rima con quiebra y más abajo con ginebra.
¡Oh, cuarta república!, cómo te añoro. Si mal no recuerdo, había café, papelón, maíz, y los pobres tomábamos whisky o libábamos ginebra, que como arriba dije, rima con hiedra, con quiebra y nuevamente con ginebra.
II
¡Oh, cuarta república! Me arrepiento de creer que Rómulo, Luis Herrera; Leoni, Caldera, Lusinchi y Carlos Andrés eran malos. ¡Ay! Estoy tan arrepentido.
¡Oh, cuarta república! Me gustaría que regresaran y con ojos bañaditos en lágrimas, pedirles que fundaran un nuevo partido. Nótese ahora que partido rima con arrepentido.
¡Oh, cuarta república!, por lo que estamos viviendo, estoy desesperado y enloquecido. Me provoca pedirle a esa inocente y Blanca niña de pecho, quien tanto nos disgustaba, que acepte ser candidata para la presidencial de 2018. Lucharemos para que Tibisay ya no esté en el CNE. Es la garantía de que no habrá un resultado invertido que, como ahora, ha traído a tanto arrepentido.
Blanca Ibáñez: ¡regreeesaaa…!
Vía El Nacional