(A Todo Momento) — Lo que ocurrió, es que no pasó nada. Se apaciguan las angustias de los venezolanos de bien, al menos por Navidad, tras enterarnos de lo que muchos anunciaban pasaría en Santo Domingo.
No hubo acuerdo, al menos que pudieran hacer público, porque en privado -según rumores y chismes-, están bien acordados. Hablaron horas y los incapaces de siempre no fueron capaces de aceptar lo que se temía consintieran bajo la parcializada intermediación de Rodríguez Zapatero, previamente fracasado en el gobierno de España, fracasado en sostener el liderazgo de su partido, el Socialista Obrero Español, fracasado en ser punto de referencia de sus propios copartidarios españoles. Quizás piense, en su caso personal, que alguna vez irá la vencida.
Algunos “opositores”, oficialistas, asesores, mirones interesados y, por supuesto, hoteleros, cobran por las reuniones caribeñas. Ingresan, ayudas económicas para gastos, pasajes, hospedajes de lujo, todo gratis para conversar sabiendo desde el comienzo, antes de subir a los aviones, que nada lograrían ni los unos ni los otros.
Para el pueblo, claro está, porque para ellos todo lo que ya tienen y disfrutan -cargos, sueldos, choferes, guardaespaldas, favores mutuos bajo el manto secreto de la complicidad- lo seguirán disfrutando. Ninguno padecerá penurias y sufrimientos que sí aguantarán cerca del 90% de los venezolanos. Los viajeros no morirán por falta de medicamentos ni sus hijos lo harán por hambre, no son pueblo votante, son dirigentes y eso paga. No en fe, pero sí en beneficios.
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Y si llegasen al otro acuerdo aún más escondido, el de yo me quito y te pones tú, garantizas que me cuidarás como te cuido ahora, me opondré a todo lo que tu hagas para que todo siga igual sólo que con posiciones diferentes y después nos volvemos a poner de acuerdo para cambiar de lugares, hacer creer que entre los dos sostenemos una democracia, habrá gritones y tirapiedras, también militares y policías para mantenerlos en sus sitios, unos cuantos heridos y muertos, serán sólo daños colaterales, sacrificios necesarios e inevitables, lo importante es conservar “espacios”.
Un estólido politiquero dijo alguna vez, “los que murieron dieron sus nacientes vidas porque pedían elecciones, no libertad”. Un dislate imposible de superar.
En Santo Domingo no pasó nada porque no iba a pasar, el diálogo es otro elemento de propaganda para seguir teniendo lo único que por ahora podemos tener, eso que llaman poder con sus ventajas, y así deberá seguir al menos mientras no vuelva a subir el petróleo lo suficiente para poder pagar la enorme deuda robada, extraída de las finanzas públicas sin contemplación, que nos asfixia y han aprobado pública o silenciosamente; ambos deben ponerse de acuerdo para refinanciar y reestructurar, que los pendejos tendrán que cancelar. Y si algunos acreedores menos comprensivos se ponen cómicos, los acusamos de conspiración derechista si son gringos o europeos.
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Pasarán, así, unas navidades tranquilas y bien surtidas -muchos en el exterior- mientras el resto del país sólo tendrá fiestas oscuras con hambre, pocas hallacas y pan de jamón carísimo, tratando de hacer magia con el poquito dinero que reciban como aguinaldos o utilidades para comprar comida, porque lo de los estrenos y regalos imposible, no alcanza.
Al menos, suerte por poco tiempo antes que este pueblo acogotado, maltratado y engañado empiece a pagar lo que no tiene ni debe, mientras como no pasó nada, politiqueros ganaron semanas y al Gobierno de Maduro & cómplices, lo que más le interesa, sanciones retrasadas, respaldo y firma de la AN para que organismos multilaterales y grandes bancos puedan reestructurar la deuda, la que se tiene con avarientos y codiciosos que pueden ponerse fastidiosos junto con sus cabilderos.
Y es posible que MUD/PSUV continúen sin ponerse de acuerdo y prorroguen sus vivezas hasta carnavales y Semana Santa. La firma es lo único que les queda a esos dirigentes que perdieron toda representación legítima, y lo que importa al Gobierno para correr la monumental arruga. En 2018 le será cómodo, un aliado compinche y encubridor asume la Presidencia de la Asamblea Nacional.
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Un problema delicado de partícipes mequetrefes sentados en ambos lados de la mesa con Zapatero, es que ninguno es mayoría, ni siquiera juntos. Ambos carecen de la confianza ciudadana. Sólo pueden negociar y pactar, entre ellos, repartiéndose lo que no les pertenece. Lo malo es que esos acuerdos entre bandoleros, los pagaremos nosotros, y los seguirán cancelando nuestros hijos y nietos.
Lo bueno, desde otra perspectiva, es que mientras más presión de pueblo y menos puedan componer entre ellos, más crece la frustración e indignación de los ciudadanos y podría pasar que los cómplices se quedaran sin el poder que por ahora disfrutan y usurpan indebidamente. Será peligroso, muy riesgoso, pero al menos los venezolanos de principios morales, buenas costumbres y trabajo podremos empezar de nuevo sin el peso de tiranos, tramposos y ladrones que podrán irse a disfrutar -mientras puedan- los dólares hurtados, pero con la angustia de que donde vayan podrían quitárselos y llevados a la cárcel.
Los que estarán esperando deseosos y felices, serán los abogados de Estados Unidos y Europa.