(A Todo Momento) — No es posible que Nicolás Maduro esté detrás de todo el movimiento de protestas en el continente, afirman analistas internacionales. Dicen que no tiene fuerza, que está caído, que es imposible que sea el motor de todo eso cuando no puede con Venezuela.
Esa afirmación, que respeto pero parece ingenua, parte de una premisa que creo es errada: Maduro está caído.
Lo visto en las últimas semanas nos dan muestra de un grupo que sabe moverse (no es solo Maduro), que no le tiembla el pulso para engatusar, enredar, que la trampa es su mejor arma y además la han perfeccionado. No les tiembla el pulso para llamar a cualquiera y ofrecerle incluso lo que no tienen. Después verán qué pasa.
No sabemos exactamente qué negociaron con todos estos países del Movimiento de los No Alineados que votaron a favor del ingreso del régimen en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. ¿Petróleo? Difícil. Con una producción escuálida, la industria casi en el piso, no es mucho lo que pueden dar. Esa era la moneda de cambio en la era Chávez, pero aquí no.
¿El apoyo de los rusos? Esto es más que probable. Rusia juega un papel fundamental en este tablero. Más allá de lo que signifique Cuba es Vladimir Putin el que está haciendo las jugadas más importantes. Están a punto de quedarse con Petróleos de Venezuela, legal o ilegalmente, por lo que estratégicamente les interesa Venezuela. ¿Puerta de entrada al continente y hacerle sombra a Estados Unidos?
Si los rusos están detrás de Maduro, sosteniéndolo, apoyándolo y utilizándolo como ficha, no me quedan dudas de que también ellos pueden estar azuzando todo lo del Foro de Sao Paulo y las protestas en el continente. ¿Es Maduro entonces? Indirectamente. En realidad es el monigote, el bocón que se presenta como hacedor y que solo es un ejecutor.
Resulta que los chavistas han sabido reordenarse y mitigar sus carencias convirtiéndolas en fortalezas, de eso ya sabemos los venezolanos. ¿Cuántas veces no hemos creído que salíamos de esta pesadilla, que ya era imposible continuar, y de repente, sin ton ni son, todo cambia?
La oposición venezolana, ahora expuesta y a lo interno bastante depauperada, todavía no logra asimilar el golpe que significó la entrada del régimen en el organismo internacional. Dirán lo que quieran, pero ahora no congregan gente ni en una reunión de condominio. Están muy mal y tendrán que reinventarse para poder llegar con mediana fuerza al año próximo.
El otro grupito que comanda Timoteo Zambrano también hace mucho daño. Es la muestra de que el régimen se reordena y se reinventa. No hay que dejarle ninguna posibilidad porque termina revirtiendo las cosas a su favor.
¿Y en el continente? Hay mucha gente resabiada, con grandes complejos, que ha sido marginada de la sociedad y espera de alguna forma sumarse al festín de la vida. Es un gran caldo de cultivo para cualquier cabeza caliente que llegue con tres lochas y un bolso lleno de esperanza. Eso es lo que hacen los comunistas. Después de tirar piedras y derrocar gobiernos se verá qué pasa, mientras lo importante es alborotar el avispero.
No, Maduro no está caído ni mucho menos. Y lo hemos subestimado.