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Tormenta en Venezuela

Tormenta en Venezuela por Michael Rowan

(Redacción A Todo Momento) El 2 de octubre, el diario The New York Times publicó un artículo de varios miles de palabras y ocho fotografías que comenzaban en la parte superior de la página 1 y abarcaban dos páginas enteras. Se titulaba “Tormenta en Venezuela”. Solo el sufrimiento devastador de los refugiados en Siria ha recibido tanta atención y en gran parte por la misma razón: nadie en el estrato superior de ninguno de los dos países ha contenido la mortandad en la base de la sociedad.

Un hospital público para enfermos mentales en Venezuela es uno de los peores lugares que pueda uno encontrarse, ya que la falta de medicación básica para la esquizofrenia está conduciendo a la degradación humana, la inmolación y los suicidios, algo impensable en estos tiempos, mucho menos en una institución de salud pública. Los suicidios son especialmente trágicos, al igual que las personas que optaron por saltar al vacío desde el World Trade Center durante los ataques terroristas en 2001, antes que confrontar toneladas de combustible de avión en llamas. En Venezuela, sin embargo, es fácil poner coto a los suicidios. Lo único que hace falta es darles a los pacientes medicamentos y alimentos.

Mi esposa María, que nació en Cumaná, respondió con una carta a The New York Times, en la que manifiesta lo siguiente: “Permítanme corroborar la veracidad de las citas del esquizofrénico en su artículo, quien por falta de medicinas señaló: ‘Sentí la necesidad de agarrar un destornillador y ponérmelo en el pecho, justo donde está mi corazón’. En mi trabajo, brindo asesoramiento a las personas después de la muerte de un ser querido y ayer una caraqueña de treinta y tantos años me escribió acerca de su situación como sigue:

Ella perdió a su marido durante un asalto sin sentido el año pasado. Tiene un tumor cerebral y cáncer intestinal. No encuentra medicinas para calmar el terrible dolor que le producen ambas afecciones. Su hermana está paralítica, sin medicamentos ni comida. Me escribió: ‘Creo que es hora de acabar con todo esto. No tiene sentido seguir adelante’.

Estoy tratando de convencerla de que se aguante. Creo que el Secretario de Estado de Estados Unidos John Ferry va a Caracas. ¿Podrá, por favor, hacer que Venezuela permita la entrada de alimentos y medicamentos al país? Es 2016. La gente se muere de mengua. La gente se muere por falta de medicinas. No es un requerimiento político. Es una necesidad humanitaria”.