Aproximadamente a las cinco de la tarde de este sábado, alrededor de 15 efectivos de la Policía Nacional Bolivariana incurrieron en el delito de abuso de la fuerza delante de decenas de ciudadanos que quedaron impávidos ante la conducta violenta de estos uniformados.
Según contó el joven víctima de los ataques de la PNB, él venía en su carro desde el Centro San Ignacio hacia Altamira y, unos 300 metros antes de llegar a la plaza La Castellana, arrolló “parcialmente” a dos efectivos de la PNB que estaban a bordo de una moto.
Tras el accidente, todos los compañeros de los PNB que habían resultado lesionados sin gravedad arremetieron contra el conductor que optó por acelerar su vehículo para huir de los policías que amenazaban con agredirlo.
Tras una persecución a tiros, el hasta ese momento fugitivo fue abordado por esta decena de policías que, arma en mano, lo obligaron a la fuerza a bajarse del vehículo.
Allí, frente la plaza La Castellana y frente a decenas de ciudadanos, el conductor y su pareja, una dama de aproximadamente 25 años, fueron brutalmente golpeados por la policía que en ningún momento buscaba detenerlos o hacerles un llamado de atención: agredirlos era el único objetivo de estos violentos.
Los efectivos gritaban insultos al conductor mientras – con sus armas largas – le partían los vidrios al carro y lo rayaban por doquier. Luego de un minuto de acción violenta y aterradora, los curiosos empezaron a acercarse a la escena del crimen y los policías decidieron marcharse ante los gritos de desprecio que proferían los chacaoenses. Algunos de los policías partieron del lugar riéndose a viva voz.
Las víctimas fueron revisadas en primera instancia por los ciudadanos presentes. Apenas esbozaban algunas palabras tras semejante violación de sus derechos civiles. Tras algunos minutos fueron llevados al centro de salud más cercano donde les serían atendidas las heridas abiertas que, provocadas por miembros de la Policía Nacional Bolivariana, los tenían ensangrentados y desconsolados.