La Rectora de la UCV, Cecilia García Arocha, durante su intervención en la rueda de prensa convocada por la Asociación de Profesores Universitarios de la UCV (APUCV), relató los hechos acontecidos desde la acción represiva de la marcha estudiantil el pasado miércoles, hasta la reciente destitución del Director, Sub-Director y Jefe de Operaciones del cuerpo de seguridad de la UCV.
“Ese día el Director, José Cruz, se encontraba en Maracay y las autoridades muy pendientes de que había ingresado una multitudinaria marcha, solicitamos al Sub-Director, Nelson Terán, quien sí se encontraba en la Institución, información con respecto al piquete de la Guarda Nacional apostado en la Puerta Tamanaco,”, explica García Arocha.
“Al no recibir respuesta, yo personalmente me trasladé hasta el lugar para constatar la presencia de más de 100 guardias nacionales. Después de las 3 de la tarde, cuando ya se había dispersado gran parte de la manifestación, quedaba un grupo importante negociando con los cuerpos de seguridad y fue cuando comenzó la brutal represión”’, explica García Arocha.
Señala que la Dirección de Mantenimiento de la UCV recogió residuos de más de 1000 bombas lacrimógenas las cuales van a ser analizadas por la Facultad de Ciencias para la entrega del informe correspondiente.
“Las marchas del movimiento estudiantil son pacíficas y no se puede continuar aceptando la criminalización de la protesta y una represión como la que vivimos ese día en la UCV, cuando sabían que quienes estaban eran fundamentalmente jóvenes estudiantes”.
Expresa García Arocha que después de las 8 de la noche la directiva de seguridad informó al Vicerrector Académico, Nicolás Bianco, que habían retenido a unas personas con armamento militar consistente de bombas lacrimógenas, protectores y chalecos antibalas de la Guardia Nacional.
“Ante esta delicada situación, el Vicerrector les indicó que no podían proceder a la entrega de estas personas antes de la intervención de la Asesoría Jurídica de la Universidad, a lo que la directiva de seguridad acotó que debían hacerlo porque quedarían muy mal ante el gobierno. Paralelamente me comunican que ya los habían entregado”.
“Al día siguiente -continúa explicando- en la Guardia Nacional del Paraíso donde fueron entregados, soltaron con libertad plena a dos jóvenes retenidos, estudiantes de la Universidad Santa María, a su padre y a otra persona que no llegamos a conocer”.
Manifiesta García Arocha que la UCV tiene reglamentos para proceder y actuar en consecuencia. “Ante estos hechos, yo responsablemente asumo mi responsabilidad ante su designación y ante su destitución. Designación que fue realizada buscando todos los acuerdos posibles, a sabiendas que sabíamos su vinculación con el oficialismo, les dimos todo el aval porque queríamos demostrar la pluralidad de la Institución, el respeto a la disidencia, que todos somos venezolanos y que tenemos derecho a pensar políticamente diferente”.
Sin embargo, García Arocha reafirma que frente a esa acción absolutamente irrespetuosa, no autorizada, entregando a estudiantes a los cuerpos del Estado, decidió su destitución porque la Ley de Universidades le establece esa potestad.
Ante estos hechos García Arocha manifiesta que su decisión es irreversible. “Es mi competencia y no echo para atrás. Lo que está sucediendo hoy con las motos de la Dirección de Seguridad provocando y asustando a la comunidad es inaceptable”.