La desolación de los anaqueles que, en cadenas de farmacias y automercados, se encuentra en las secciones de higiene personal es inversamente proporcional a la variedad de productos que se exhiben en la economía informal en Caracas.
En Petare, municipio Sucre, justo en las inmediaciones del Hospital Pérez de León y hasta el Puente Baloa, el Llanito, se encuentran apostados una fila de buhoneros, uno al lado del otro, ofreciendo a la clientela peatonal un sin fin de productos como controles de T.V., extensiones eléctricas, tijeras, pilas, alimentos, pescados, harina de trigo y los hoy día tan codiciados: desodorantes, pasta dental, afeitadoras, espumas de afeitar, entre otros.
Fueron consultados, varios vendedores, acerca de dónde consiguen surtirse para la venta. Sin embargo, la respuesta fue al unísono: el dueño no está, yo nada más soy el encargado. Al tenor de la situación se suma que los precios son a discreción del comerciante: un desodorante de la marca Rexona cuesta Bs. 60, sin embargo, su versión disponible en las farmacias o automedicados, Mum Bolita, tiene un precio de Bs. 14,85.
En las cadenas como Provemed, Farmatodo, Gama Express o Farmahorro estos rubros de higiene personal brillan por su ausencia.