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El Nacional es Venezuela y Venezuela seguirá dando la cara

(A Todo Momento) — En la sala de redacción del diario El Nacional sólo se escucha el sonido de las teclas de unos 20 periodistas que están frente sus computadoras realizando la edición a publicar el día siguiente. No se falta a la verdad cuando se afirma que hay ausencias en ese campo de cubículos. El periódico no es ajeno a lo humano. Semanalmente trabajadores entregan cartas de renuncia. Deciden buscar un nuevo porvenir.

“Siempre se ha dicho que en El Nacional es el país pequeñito y en efecto, en el periódico ocurre lo que sucede en el país. No es ajeno a todo el éxodo y toda la diáspora que ocurre en el país”,  señaló Patricia Spadaro, jefa de redacción del diario.

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A las ocho en punto se enciende la rotativa, ubicada en el corazón de las instalaciones: Miles de ejemplares salen por los cilindros a gran velocidad hasta la sala donde son embalados para su distribución.

Mientras los trabajadores de la rotativa verifican que la impresión haya salido correctamente, dejan espacio para la reflexión. No hay necesidad de ocultar el sol con un dedo, ni posibilidad. Trabajo amenazado. “En algún momento pensé que me iba a quedar sin trabajo”, admitió un empleado de la rotativa.

A partir de 2013, el gobierno dejó de asignarle divisas  preferenciales a El Nacional y a otros periódicos con posiciones críticas al poder. Desde 1999, el periódico no había tenido dificultades para la adquisición de papel periódico.

La constitución del Complejo Editorial Alfredo Maneiro (CEAM) en el 2013 fue una de las medidas que ennegreció al escena. El monopolio del papel prensa por parte del gobierno ocasionó la reducción de los cuerpos de los diarios, incluso la desaparición física de los medios regionales como La Verdad de MonagasLa Prensa de Barinas y Versión Final.

“La única intención de eso fue asfixiar económicamente al periódico para obligarlo a cambiar la línea editorial, ser más complaciente, menos duro y por ende, cercenar la libertad de expresión”, expresó Spadaro.

EL CEAM no le vende papel a El Nacional. El insumo que se utiliza para la impresión proviene del Grupo Diarios de América (GDA), un consorcio creado en 1991 por los principales periódicos de la región latinoamericana.

Actualmente, el diario consta de dos cuerpos y los fines de semana de cuatro por el suplemento investigativo Siete Días en circulación nacional.

“Se ha reducido el tiraje nacional”, admitió Spadaro, y prosiguió “pero este periódico, por su historia, y para quién no lo tenga claro, siempre ha mantenido una línea crítica con el poder. La idea es seguir en pie”.

No es la primera vez que El Nacional tiene problemas de acceso al papel de impresión. Spadaro afirmó que una situación similar ocurrió en los gobiernos de Jaime Lusinchi y Carlos Andrés Pérez.

“Cada vez que hay controles siempre hay una discrecionalidad de a quién se favorece o no. De esa manera, los gobiernos de turno, en particular este, intentan encauzar la opinión por un sólo sentido. Pero nuestra línea de denuncia siempre ha sido la misma. Carlos Andrés Pérez dijo, por ejemplo, que El Nacional lo tumbó. Es lo que nos motiva todos los días: denunciar. Este periódico cumple 75 años y esa es nuestra lucha”. No ha dejado de circular El Nacional.

La amenaza constante

La línea editorial del periódico varias veces ha cobrado algunas sanciones. Al diario se le impuso una multa durante 2009 por publicar una fotografía que mostraba el estado de la morgue de Bello Monte.

“Esa fue una foto que le dio la vuelta al mundo. Mostró una violación a los derechos humanos, pues había una pila de cadáveres tirados en el piso. La dignidad humana no termina con la muerte, también está presente en ese momento”, indicó Spadaro.

Diosdado Cabello, funcionario de gobierno mientras fungía como presidente de la Asamblea Nacional en 2015, interpuso una demanda contra el diario El NacionalTal Cual y el portal web La Patilla.

La acción incluía a accionistas, directores, consejo editorial y dueños de los medios de comunicación. El periódico publicó un reportaje realizado por el diario español ABC en el que se indicaba una investigación al presidente de la asamblea nacional constituyente por acusaciones de narcotráfico.

El 31 de mayo de 2018 el juzgado declaró improcedente el derecho a fraude procesal que alegó El Nacional, luego declara con lugar la demanda de daño moral interpuesta por Diosdado Cabello contra el diario y se condena a la demandada a que pague al actor la suma de 1.000.000.000.000 de bolívares.

Se imprimen miles de ejemplares diarios para distribuir a nivel nacional | Foto: Ramsés Romero.

Más allá del negocio familiar

Por los pasillos de las instalaciones se puede observar recuadros con la misión del periódico: “Nuestra función es el principio del periodismo: informar”, reza una de las oraciones del texto. Nuestra ética nos lleva a denunciar lo injusto y lo punible. Este es un deber y la opinión pública lo sabe”.

Ante el autoritarismo comunicacional que se está implantando el país como parte del proyecto de la revolución bolivariana que intenta establecer el “socialismo del siglo XXI”, el rol del periódico, de acuerdo con Spadaro, es retratar el país.

“Seguir denunciando los atropellos, que aquí son diarios. Es explicar, interpretar y dar un ángulo diferente ante la inmediatez para desmontar el país paralelo creado por el discurso oficial”, aseveró.

Luego de 17 años de funcionamiento, Miguel Otero Silva, fundador de El Nacional, explicó de forma concreta qué es eso que hace a un periódico, una vez que se le despoja de las relaciones comerciales, necesarias para mantener su independencia, y de los favores del gobierno de turno. Qué es eso imprescindible en la construcción de un diario nacional, que asume la responsabilidad de defender ese derecho fundamental que es el acceso a la información:

“Un periódico no se construye con dinero, ni con rotativas, ni con relaciones comerciales que garanticen la afluencia de avisos, ni con protección gubernamental. Un periódico se construye con hombres. Todas las ventajas y privilegios quedan reducidos a ceniza si no está presente un puñado de periodistas con capacidad profesional, calidad humana y amor a su oficio, que sepan interpretar los sentimientos populares, que se lancen con audacia a la búsqueda de la noticia, que defiendan tercamente el estilo y la estética del diario, que peleen con bravura por hacer de su periódico el mejor informado y el de miras más altas”.

El Nacional es Venezuela y Venezuela seguirá dando la cara.

El Nacional.