(A Todo Momento) — La ciudad de Caracas parece otra. Los días posteriores a la celebración de la Navidad muestran una cara distinta de la capital de la República frente al manicomio de la víspera.
Las aglomeraciones parecen cuentos épicos y los espacios que tan solo 48 horas antes simulaban verdaderos manicomios, amanecieron los días 25 y 26 con una placidez inusitada.
El tráfico de ensueño. En pocos minutos los conductores lograban llegar a su destino y ni pensar en encontrarse con alguna tranca o embotellamiento. Sólo un accidente podría cortar ese “paraíso” en cuatro ruedas.
Como es tradición, los habitantes de la llamada “Sultana del Ávila” buscaron el “despeje” en parques, museos, paseos, bulevares y hasta en centros comerciales, donde la idea de comprar no era la meta, sino “estirar las piernas” y curiosear en las vidrieras.
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El Parque del Este, Francisco de Miranda, es una opción siempre presente en la agenda criolla. Un sitio predilecto por muchos padres para que sus hijos desaten la fiebre de los regalos del Niño Jesús.
Otro lugar muy buscado para pasar los días post Navidad es el Teleférico “Waraira Repano”. Por esta época, debido a que un buen número de capitalinos optó por viajar, no presenta las colas de otros momentos. En resumidas cuentas, Caracas está irreconocible y habrá que aprovecharla así.