El 29 de mayo a partir de las 11 a.m. se celebra en la sede de Colegio de Ingenieros de Venezuela, en Caracas, el Primer Encuentro Nacional de las Víctimas de la Represión y la Violencia. Hay un calor que aturde en el ambiente, sin embargo el cielo amenaza con lluvia. A los predios del auditorio donde Alfredo Romero, director del Foro Penal Venezolano, acaba de soltar la frase “No hay peor castigo para un preso político que el olvido”, salen algunos expositores a tomar aire fresco, fumarse un cigarrillo y, sobre todo, liberar un poco de la tensión emotiva que embarga el ambiente.
A la una de la tarde Gerardo Carrero, con un hijo del mismo nombre, no disimula la urgencia que lo envuelve. “Mi hijo lo detuvieron en el campamento de la Libertad de la sede PNUD (Altamira), el 8 de abril a las 3:00 a.m. por la Guardia Nacional. Está detenido por protestar pacíficamente y la Fiscalía asegura que se le imputará, entre otros tres cargos, posesión de drogas. Pero es que él no tenía drogas, y salió negativo en el examen de dopaje, es inconcebible (…) ahora lo dejo – se despide con prisa – tengo que ir al Helicoide a ver si hoy sí me lo dejan ver, que me tocaba visitar ayer y quién sabe porqué no me dejaron”.
“Geraldine fue asesinada y torturada el 19 de febrero cuando le dispararon perdigones en la cara, ella muere cuando le vacían el ojo y pierde masa encefácila. Muere el 22 de febrero, a manos de 2 Guardias Nacionales, entre ellos una mujer. Están presos entre comillas, porque los tienen con medida de privativa de libertad, pero los tienen en el Core 2. Yo pedí que los llevaran a Tocuyito, pero me dijeron que ya no había espacio”, exclama Rosa Orozco, con una voz quebradiza, la mirada inquieta y suelta una frase cargada de indignación: “Le dije a la jueza del tribunal seis de Valencia el día de la audiencia: sácame a los estudiantes que tienes ahí y metes a esos asesinos”.
“Mi hijo es Juan Manuel Carrasco, soy Rebeca de Carrasco. Estoy acá en el Foro para que toda Venezuela se una, hagamos justicia, liberen a todos los estudiantes y se acabe la represión”. La señora Carrasco está estremecida y lagrimea, cuenta con pesar que su hijo fue violado y torturado por la Guardia Nacional en Valencia el 13 de febrero, agrega que considera “lo más hipócrita que se le impuso arresto domiciliario y ahora está con régimen de presentación. Lo peor es que no hay ningún responsable tras las rejas por la violación a los derechos humanos de mi hijo”.
“Mi nombre es Gloria Mora, esposa de Alexander Tirado, el Gato de Aragua. Mi esposo tiene 68 días privado de libertad y el 22 de mayo lo vi, pude constatar que tiene heridas en el cuerpo. Además me contó que por las noches le tiran gas lacrimógeno en la celda, les ponen música estridente y alusiva al régimen por largas horas y les dan escuetas raciones de comida. Los están torturando”, finaliza Mora.
“Soy Sandis Moreno, madre de Sairam Rivas (presidenta del centro de estudiantes de Trabajo Social, UCV, detenida el 8 de abril en el campamento por la Libertad de la plaza Alfredo Sadel y este es mi mensaje a los estudiantes que están protestando: tenemos que seguir luchando, dándole fortaleza a estos muchachos porque ellos están allí para libertarnos a todos de esta represión política. Aquí existe persecución política hacia los estudiantes”, finaliza.
