Inicio > La escuela callejera de Daniel Camacaro

La escuela callejera de Daniel Camacaro

 

(Redacción A Todo Momento – Daniela Carrero) Vía bloguerosdevenezuela.com
 
Banksy es el artista más representativo del Street Art en la actualidad, ha intervenido artísticamente las calles de países en todos los continentes, en especial, Europa y zonas en conflicto. Sus obras se exponen en los museos más importantes del planeta y obtener una de sus piezas costaría miles de dólares. El arte urbano engloba todo tipo de expresión artística realizada en la calle y casi siempre lleva implícito un mensaje político o crítica social, característica fundamental de su obra.

En la imagen del mural llamado Maid in London, el grafitero muestra a una mujer de servicio guardando la basura detrás de la pared, como diciendo que, lo que no gusta se esconde.

En Venezuela también hay artistas callejeros que intervienen el espacio urbano con diversos medios, intentando “romper la monotonía del gris transitar del habitante de la ciudad”. Como dice Flix, uno de los creadores criollos más relevantes del momento. Que busca con su obra, interpelar al espectador y hacerlo reflexionar sobre los estereotipos estéticos, políticos y sociales de la actualidad venezolana.

Aunque suene trillado, en Caracas reina la anarquía. Con un leve esfuerzo y  algo de dinero en efectivo se puede salir de cualquier inconveniente legal que se presente en la capital. El sistema y su ineficiente funcionamiento, corrompe a los ciudadanos cuando la ilegalidad se convierte en la vía más eficiente ante la incompetente estructura social inventada hace 300 años en la Revolución Industrial; la misma estructura a la que siguen aferrados los partidos de derecha e izquierda de nuestro país.

Los atardeceres son rojos cuando la calima cubre el cielo y 60 es el promedio de asesinados los fines de semana. Caracas es el escenario de la primera película venezolana nominada al Oscar, pero también es protagonista de las escenas de odio, clasismo y repulsión más funestas que cualquier película hollywoodense.

Por esta razón, el proyecto de La escuela callejera de Daniel Camacaro, es la intervención artística más completa y genial que ha recibido esta ciudad. Este fotógrafo que también es bailarín y dibujante, llevó a cabo una investigación estética en un barrio extremadamente violento de la capital, llamado Las Brisas de Propatria.

Donde generando experiencias artísticas de una forma pedagógica, lograba proporcionar espacios para el intercambio entre los niños del barrio. Utilizando pinturas, la fotografía, juegos de pelota, lectura de poemas de Horacio Quiroga, entre otros conocimientos artísticos, con la intención de proponer una manera distinta de relacionarnos con nuestra sociedad y con nosotros mismos.

Las actividades iban más allá del acabado final, la búsqueda no era un cuadro bonito. El objetivo es reencontrar al niño con su entorno. Invitarlo a recuperar el espacio público lleno de sangre. En uno de los experimentos, las niñas y los niños debían dibujarse a ellos mismos, para Daniel Camacaro fue una sorpresa ver que las niñas se dibujaron rubias, aun cuando en realidad son morenas, y los niños se retrataron con armas de fuego.

Dejando entrever un problema de negación a lo que somos. La tarea del artista fue convencer a los niños de no seguir pintando casas con chimeneas y empezar a dibujar el barrio como de verdad es, llevarlos a reflexionar sobre su realidad para no evadirla.

Los niños actuales están sufriendo una presión social que los impulsa a ser adultos rápidamente, a producir dinero, a beber alcohol, a drogarse. Les dejamos divertirse con juegos electrónicos de disparar, de generar o conquistar poder. ¿Por qué asociar la felicidad a comprar y consumir?

La escuela callejera es un espacio para que los niños puedan ser niños. Leyendo cuentos y divirtiéndose con colores se les habla de responsabilidad. Al final del taller se realizó una exposición en el barrio, con los trabajos de los niños basados en su visión sobre el lugar en donde viven. Ciertamente hubo una reconciliación entre los ciudadanos y el entorno.

Daniel Camacaro murió hace unos años a muy temprana edad de una extraña enfermedad. Pensaba que el principal problema de Venezuela era la falta de fe, la falta de confianza en nosotros mismos. Creía que la mayoría de la gente espera que llegue un súper hombre y solucione todos nuestros problemas y cubra todas nuestras carencias.

La crisis actual nos ha hecho más humanos a los caraqueños y a los venezolanos en general. Al igual que Camacaro, somos muchos los que estamos seguros que nosotros mismos somos los únicos que podemos solucionar los problemas que nos afectan. Solo basta con poner manos a la obra.

Fotografía: Sofía Humanes Yunis

Fotografía: Sofía Humanes Yunis