(A Todo Momento) — El enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, concedió una entrevista al medio peruano El Comercio para conversar sobre los pasos que está dando la Casa Blanca para aumentar la presión contra el régimen de Nicolás Maduro.
— ¿Cuál es su balance tras cerca de medio año?
Creo que es muy positivo. Tenemos ya a 56 países –y pronto espero que a más– que reconocen a Guaidó como presidente interino. Vemos en la comunidad internacional más conocimiento y presión contra el régimen [de Nicolás Maduro], por ejemplo el informe de Michelle Bachelet.
Nadie en Washington pensaba que el régimen caería en dos días. Tienen recursos de Rusia, un apoyo importante de Cuba con unos dos mil o tres mil agentes de inteligencia. En enero, el régimen no habría asistido a las conversaciones que se dieron después en Oslo, eso es un símbolo del reconocimiento de sus problemas. Saben que no tienen ninguna solución para los problemas del país.
— Muchos opositores han criticado que el chavismo utiliza las negociaciones para aplazar su poder. ¿Considera que en Noruega y en Barbados pasó eso?
Lo que dice fue verdad en el pasado. Pero en el pasado la presión contra el régimen era débil en comparación con hoy. Yo no critico las negociaciones en Noruega ni la decisión del presidente Guaidó de que su delegación se siente con el régimen. Pero no va a durar mucho más si no hay progresos hacia un acuerdo.
— ¿Una dictadura como la de Maduro es capaz de negociar?
Creo que vemos un régimen dividido. Hay gente que quizá piensa: “No tengo un futuro después de Maduro”. Pero hay quienes sí pueden pensar en elecciones libres y ser candidatos en un futuro. Inteligencia sabe que hay divisiones dentro del régimen. Yo creo que sí es posible que acepten un acuerdo.
— ¿La carta militar sigue sobre la mesa?
Cuando el presidente Trump dice que todas las opciones están en la mesa, es porque es verdad. No podemos negar que existe [la opción militar], pero no es la política actual. La política desde enero es de presión financiera, diplomática y política contra el régimen.
— ¿Comprando la situación de enero y la actual, estamos más cerca o más lejos de la opción militar?
En este momento no estamos siguiendo una opción militar. Estamos siguiendo las opciones que hemos tomado. Si uno le hubiera dicho a George Bush padre en 1988 que invadiría Panamá, él habría dicho que era una locura. Pero dos o tres años después sucedió. Entonces, nadie sabe qué pasará en el futuro, pero no es la política de hoy.
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