Brendan Jordan, el adolescente de 15 años, publicó en su cuenta Twitter “Sí, soy un chico. Sí, soy gay”, después de convertirse en “viral” en las redes sociales hace dos semanas. El joven aprovechó la presencia de las cámaras de un noticiero durante la inauguración de un centro comercial en Las Vegas (EE UU) para bailar parte de la coreografía del tema Applause, de la cantante Lady Gaga, mientras los reporteros narraban la noticia.
Nadie se percartó de su ambicioso performance. Los niños, en el tumulto, quedaron impávidos. Jordan lo logró: se robó el show y eso solo le bastó para ser una sensación mediática y aparecer ahora como invitado especial en programas como el de Queen Latifah.
Allí el chico reveló que su súper estrella interior es Lady Gaga. Baila y se mueve como ella. Vive su estilo. También viste estrafalariamente como ella. Solo usa “leggins” que combina con camisas sueltas.
Tracy Jordan, madre de Brendan, lo confirma orgullosa en compañía de su otra hija y su esposo. “Él desde pequeño hace performance. Cuando lo vi en la TV le escribí un mensaje al teléfono diciéndole que lucía muy bien en cámara”, contó en el show de Latifah.
El chico aprovecha la euforia mediática para apoyar diversas campañas sobre el bullying homofóbico. Una realidad global.
He ahí la nueva misión de Jordan. Encontró que muchos adolescente no se arriegan como él. Por el contrario, sufren de vergüenza y asedio. Según la Alianza gay y lésbica contra la difamación (Glaad), ocho de cada diez adolescentes lgtb (colectivo de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) afirman ser víctimas de acoso en la escuela por su orientación sexual.
Con información de diario Panorama