La exmujer del fiscal argentino Alberto Nisman y querellante en la causa que investiga su muerte, Sandra Arroyo Salgado, aseguró hoy en una entrevista radial que su exmarido “no tenía motivos” para suicidarse.
“Queremos que se despeje en el expediente si esto fue un suicidio o un homicidio, más allá de mi certeza, que no es objetiva”, dijo Arroyo Salgado en Radio Vorterix al hablar sobre la investigación de la muerte de Nisman, ocurrida el pasado 18 de enero, cuatro días después de denunciar a la presidenta argentina, Cristina Fernández, por presunto encubrimiento de Nisman.
La exmujer de Nisman descartó que el fiscal se quitara la vida: “Por su personalidad, porque entiendo que no tenía motivos”.
“De ningún modo admito esa posibilidad. Y mucho menos como se ha presentado, con un arma de por medio”, añadió al responder si creía que Nisman se había suicidado.
Arroyo Salgado participó este miércoles en la multitudinaria “Marcha del Silencio” celebrada en el centro de Buenos Aires y destacó su emoción ante la gran afluencia, de cerca de 400.000 personas, según la Policía Metropolitana.
“Fue muy emocionante y muy difícil para mí y para mi hija”, admitió.
“Esto me genera una gran responsabilidad. Todas las expresiones de la gente, que a nuestro paso me reconocía y me manifestaba palabras de apoyo, de fuerza, de confianza en lo que yo pudiera hacer”, indicó Arroyo Salgado, jueza federal.
La magistrada, querellante en representación de sus hijas, rechazó emitir juicios sobre la investigación en curso por la muerte de Nisman, aunque reiteró la necesidad de que un veedor de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) garantice la imparcialidad en la causa.
“En esta coyuntura judicial, política y mediática, no están dadas las garantías para que sea una investigación totalmente imparcial y sin riesgos. Me parece muy importante que sea un resultado que la opinión publica lo crea. Que la Justicia le de confianza a la gente”, señaló.
Alberto Nisman, fiscal especial de la causa sobre el atentado contra la mutua judía AMIA, que dejó 85 muertos en 1994, murió el pasado 18 de enero de un disparo en la sien, tras haber denunciado a la presidenta Fernández por supuesto encubrimiento a sospechosos iraníes del ataque.
El pasado viernes, el fiscal Gerardo Pollicita solicitó a la Justicia la imputación de Fernández, el canciller Héctor Timerman y el resto de acusados por Nisman.
Texto. EFE