(A Todo Momento) — Las proporciones de comida en los centros hospitalarios son entre 40 gramos de arroz y 25 de granos lo que deja un espacio vació en las bandejas y en los estómagos de pacientes a la espera de una solución.
La Legitima Asamblea Nacional y la ONG de Médicos por la Salud informó que el 96% de los hospitales no ofrece la dieta balanceada.
Una enfermera que quedó desempleada por una enfermedad que tiene comenta que le dan arroz con lentejas o pasta sola.
Sin Formula para los bebes
En la maternidad Concepción Palacio no existen formulas para los recién nacidos por fallas del ingreso financiero en el centro médico.
Yereecis Olivar, acaba de dar a luz y no tiene como pagar el suplemento alimenticio para su hijo y le es imposible amamantar por que puede contagiarlo de varicela que contrajo por el embarazo.
La AFP contactó al ministerio de Salud para conocer su punto de vista. No obtuvo respuesta.
Pacientes con hambre
Desde el sexto piso donde estaba aislada, Yereercis escuchaba las arengas de enfermeras que protestan desde hace casi mes y medio en reclamo de mejores salarios y condiciones de trabajo.
“Nutrición apoya el paro, exigiendo mejoras en la comida que se les da a nuestros pacientes”, se lee en carteles pegados en las paredes de un pasillo.
El presidente Nicolás Maduro asegura que la crisis se agravó por sanciones de Estados Unidos que, sostiene, mantienen bloqueados cientos de millones de dólares para comprar medicinas e insumos médicos, con más de 80% de escasez según gremios.
“Es duro cuando los pacientes nos tocan la puerta para decirnos que tienen hambre, temblando, a punto de desmayarse”, se lamenta Silvia.
Sin jabón para lavarlos y con la máquina esterilizadora dañada, los biberones de la maternidad huelen mal. Una capa oscura de hongos cubre los envases plásticos donde almacenan el arroz o la pasta que les sirven a las madres.
Pisos y baños del Universitario y la maternidad están sucios por falta de desinfectantes. La limpieza se hace con agua y trapos desgastados.
Carla no sabe cuánto tiempo más deberá pasar en su lúgubre habitación, amoblada con sillas rotas. Su pie no mejora, pero no todo es tristeza: un ramo de girasoles que le dejó su compañera de cuarto le iluminó el día. AFP