(Redacción A Todo Momento) — La izquierda y la “progresía” mundial, utilizan el lenguaje para segmentar y descartar a todas aquellas ideas que no se parezcan a las que promulgan. Ligeramente se tilda de “ultraderechista” a todos aquellas personas, partidos o movimientos que cuestionen sus dogmas. Así lo describe el bloggero español Ángel Manuel García Carmona en outono.net donde habla sobre los homosexuales que están contra el matrimonio gay.
El “progresismo” trata de otorgarse la representación de todas las personas homosexuales.
No hablo precisamente del hecho de que haya homosexuales que no voten a partidos socialistas o comunistas así como tampoco de quienes pertenecen a sectores de ciertas formaciones políticas que han estado promoviendo la renuncia de estas a sus principios originarios de centro-derecha liberal-conservadora.
García Carmona explica que el conservadurismo se entiende como una “postura intelectual e ideológica partidaria de defender el orden espontáneo de las instituciones (el libre mercado también) y la sociedad, los valores tradicionales y la ley natural”. En su ensayo, habla de quienes cuestionan la existencia del Estado.
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La homosexualidad no define las ideas de una persona per se. Las duras experiencias que los gays y lesbianas pudieran tener a largo de su crecimiento forman a la persona. Pero su sexualidad no tiene por qué moldear sus ideales.
Sentir atracción por un chico nada define respecto a la visión de la sociedad así como tampoco una determinación de la simpatía o antipatía hacia el orden natural y espontáneo. Esto es, no es una ideología así como tampoco una enfermedad.
Asimismo, el bloggero explica que “el lobby LGBTI” es un movimiento que reivindica un “socialismo de ingeniería social”; al buscar aplicar leyes que inevitablemente cambian de forma las instituciones.
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