(Redacción A Todo Momento) – Nunca pinto sueños o pesadillas. Pinto mi propia realidad», se autodefinió la pintora mexicana, Magdalena Carmen Frida Kahlo (1907-1954). Hoy 6 de julio se cumplen años de su nacimiento en Coyoacán, ciudad que la vio nacer y morir a los 47 años.
Esta artista siempre se caracterizó por sus labios rojos, sus pobladas cejas juntas, su pelo azabache recogido en un eterno moño adornado con coloridas flores, y por su fuerte personalidad, independiente y rebelde.
Con apenas 18 años sufrió un accidente de tranvía que la marcaría el resto de su vida; además de las numerosas operaciones, 32 para ser exactos, a las que se vio sometida. En ese momento, «para combatir el dolor y el aburrimiento», puso en práctica, más que nunca, las clases de dibujo que había dado, hacía cuatro años atrás, en el taller de grabado de Fernando Fernández Domínguez.
Cuando Frida Kahlo mostró su trabajo a Diego Rivera, este artista de murales se quedó impresionado. Tanto es así, que contrajeron matrimonio; pero éste sólo duraría diez años. Rivera fue quien construyó, de alguna manera, el distintivo de Kahlo, ya que la sugirió vestir con el traje tradicional mexicano, largo y colorido, y con joyería exótica.
Frida sufrió mucho durante su matrimonio porque Diego Rivera le era continuamente infiel –incluso con la hermana pequeña de la artista– y por su imposibilidad de tener un hijo, porque su pelvis, debido al accidente, estaba fracturada por tres sitios.
«Quizá esperen oír de mí lamentos de ‘lo mucho que se sufre’ viviendo con un hombre como Diego. Pero yo no creo que las márgenes de un río sufran por dejarlo correr», comentó la artista.
El inestable y complicado ambiente político que se vivía con el presidente dictatorial de los Estados Unidos Mexicanos, Plutarco Elías Calles, político y militar conocido como «Jefe máximo de la revolución», hizo que los comunistas y los simpatizantes de la izquierda, entre ellos Frida, emigrasen al país vecino, Estados Unidos.
Durante su residencia en los EE.UU. (1931-1934) «Frida empezó a trabajar en una serie de obras maestras sin precedentes en la historia del arte, pinturas que exaltaban la cualidad femenina de la verdad, la realidad, la crueldad y la pena. Nunca antes una mujer había puesto semejante atormentada poesía sobre la tela como Frida en esta época de Detroit.», expresó su todavía, por aquel entonces, marido Diego Rivera que amaba su pintura y fue su mayor admirador.
Sus obras son su vida, su autobiografía. Su pintura se caracteriza por la utilización de elementos expresionistas y surrealistas, rica en colores vibrantes y brillantes. «No sé si mis pinturas son o no surrealistas pero de lo que sí estoy segura es que son la expresión más franca de mi ser», expresó la artista.
El último año de su vida, fue un auténtico sufrimiento, ya que le amputaron la pierna por debajo de la rodilla por gangrena. Esto hizo que se sumergiese en una depresión, además de intentar suicidarse en un par de ocasiones. Sus últimas palabras en su diario fueron: «Espero alegre la salida y espero no volver jamás».