(A Todo Momento – El Estímulo) – En el año 1950, mientras el resto del mundo luchaba por recuperarse de la Segunda Guerra Mundial, Venezuela era el cuarto país más rico del planeta, medido por el tamaño de su Producto Interno Bruto (PIB, suma total de riqueza generada en bienes y servicios) por habitante. Este país, en algún momento considerado “el sueño americano del Sur”, era dos veces más rico que Chile, cuatro veces más rico que Japón y 12 veces más rico que China.
Un enfoque publicado por el Foro Económico Mundial, con la colaboración del sitio “Visual Capitalist” aborda la tragedia económica de un país que hasta hace pocos años era el más rico de América Latina y que hoy está sumido en la miseria, pese a que todavía cuenta con las reservas petroleras más grandes del mundo, superiores a 300.000 millones de barriles, casi 10 veces más que las de todo Estados Unidos, y superiores en 30.000 millones de barriles a las de Arabia Saudí.
Historia de una Venezuela rica
“Desde los 10 años de dictadura militar entre 1948-1958 hasta el enjuiciamiento de Carlos Andrés Pérez por corrupción en 1993, la política venezolana ha estado marcada por dificultades. Pero a pesar de estos desafíos a lo largo de su historia, nadie ha negado el potencial económico de Venezuela. Después del descubrimiento del petróleo a principios del siglo XX, la nación rápidamente construyó su economía sobre la espalda del oro negro – e incluso hoy, Venezuela lidera el mundo en reservas probadas de petróleo con 300.000 millones de barriles”, señala el enfoque.
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“Desafortunadamente para Venezuela, esta riqueza no duraría – y una excesiva dependencia del petróleo pronto diezmaría la economía de maneras inesperadas. Desde 1950 hasta principios de los 80, la economía venezolana experimentó un crecimiento sostenido”.
“En 1982, Venezuela seguía siendo la economía más rica de América Latina. El país utilizó su vasta riqueza petrolera para pagar programas sociales, incluyendo servicios de salud, educación, transporte y subsidios alimenticios. Los trabajadores en Venezuela estaban entre los mejor asalariados en la región. Sin embargo, a partir de ahí las cosas fueron rápidamente cuesta abajo. A mediados de los años ochenta, el exceso de petróleo y el descenso del precio del petróleo terminaron diezmando la economía venezolana, que no supo diversificarse”, explica.
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Hoy en día, Venezuela tiene una de las economías más pobres de América Latina y, a medida que la crisis actual se dispara, el FMI prevé que va a ser peor. Para el año 2022, la organización prevé que el PIB per cápita (PPP) de Venezuela será de sólo $12.210, lo que sería un enorme revés económico -la economía venezolana sería aún más pobre.
Aunque los ingresos del petróleo son tentadores para confiar en mantener el orden social, tienen un grado alto de imprevisibilidad. Según la OPEP, el petróleo todavía conforma el 95% de sus exportaciones, lo que significa que cualquier fluctuación de precios puede generar una gran diferencia entre la inmensa riqueza y la casi pobreza.
Legado de una pobreza latente
Nicolás Maduro, que se hizo cargo del gobierno tras la muerte de Chávez, vio caer los precios del petróleo casi de inmediato y estaba claro que la intensa batalla de Venezuela con la inflación apenas estaba comenzando. La moneda nacional, el bolívar venezolano, pronto sería casi inservible.
Los detalles de la crisis de hoy y la intensa hiperinflación son de sobra conocidos.
“El país tiene una escasez masiva de alimentos, electricidad y otros bienes esenciales, y la violencia está aumentando en Caracas. Más recientemente, el gobierno ha tratado de endurecer su control sobre el poder, y la mala gestión de la economía ha creado epidemias de hambre en las calles; una situación desalentadora para el que fue uno de los países más ricos del planeta”.