El semanario satírico francés Charlie Hebdo ha sido objeto de diferentes críticas y ataques. Desde los principales mandatarios del mundo hasta las distintas religiones existentes.
En particular, la revista no les gusta a los musulmanes radicales. Todo comenzó en 2006 publicó unas caricaturas del profeta Mahoma en un número especial que registró récord de ventas.
Aquella edición especial, sin embargo, fue el origen de todo el conflicto, cuya última página son, al menos, diez muertos tras registrarse un tiroteo en su sede. “Provocación manifiesta”. Así calificó en ese año el entonces presidente francés, Jacques Chirac, la publicación de las caricaturas del profeta Mahoma. En la portada de aquel número, Mahoma decía: “Es duro ser amado por idiotas”.
Se trató de una edición especial de 11 páginas de caricaturas de Mahoma firmadas por el dibujante Kurt Westergaard, que ya habían sido objeto de una enorme controversia, el propio autor estuvo a punto de ser asesinado por un fanático cuando fueron difundidas en septiembre de 2005 por el diario danés Jyllands-Poste.
Entonces la Unión de Organizaciones Islámicas de Francia demandó la revista por un posible delito de “injurias públicas contra un grupo de personas en razón de su religión”.
Seis años después, en septiembre de 2012, Charlie Hebdo publicaba nuevas viñetas dedicadas al profeta Mahoma. En la portada de la revista figuraba una persona con atuendo judío que movía una silla de ruedas ocupada por otra persona de ropa musulmana, con una referencia a la película gala ‘Intocable’. ‘No se ría’, aparece en un bocadillo de diálogo. Una nueva entrega que provocó polémica y el rechazo del Gobierno francés.
Hasta en las ocasiones que el semanario ha querido buscar el “camino de la reconciliación, lo ha hecho a su manera. Días después del ataque que provocó el incendio de su sede, publicaba un dibujo en su portada en el que se veía a un caricaturista de su redacción dándose un beso de tornillo, saliva mediante, con un musulmán. Sobre ellos, aparece una frase que reza: “El amor más fuerte que el odio”.
Distintas personas critican el “libertinaje” que pueda tener algún medio. Pero en el caso de la revista Charlie no era el caso. Protestar, gritar, exclamar tu opinión sobre algún tema es un derecho universal y por lo tanto los gobiernos de turno están obligados a respetar y hacer valer dicho valor. Solo las grandes dictaduras se irritan por ejercer tal privilegio y más aún utilizando el humor. Está en cada ciudadano del planeta hacer valer la libertad de expresión.
Escrito por: Neomar Bonilla
