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Parque Miranda: la inseguridad ha hecho que trotar sea un deporte extremo

El Parque Generalísimo Francisco de Miranda es uno de los sitios de recreación por excelencia de los caraqueños, quienes acuden a realizar ejercicios y caminatas al aire libre y así olvidarse un poco de la agobiante rutina y de toda la locura de la ciudad, pero pocos imaginan que justo allí, en el lugar de recreación favorito de los caraqueños, puedes toparte con una de las realidades más tristes e incómodas que tenemos en Venezuela actualidad: la inseguridad.

Desde principios de año las denuncias de robos en las instalaciones del Parque del Este, como también es conocido, se han hecho cada vez más fuertes.

El equipo de Atodomomento.com realizó un recorrido por el parque en el que recogió algunas impresiones de quienes visitan el lugar y en donde se pudo constatar la poca presencia policial.

Carmen Aguilar, ama de casa de 50 años, quien va hasta allí cinco veces por semana, aseguró que el parque necesita más vigilancia “porque la mayoría de las veces todo eso está solo”.  Asimismo, contó que desde hace un tiempo para acá ha optado por ir acompañada porque le da miedo ir sola pues ha escuchado “que han atracado a otras personas”

 

Luisa Mendez, de 48 años y trabajadora informal, dijo que tiene mucho tiempo visitando con frecuencia el parque y que antes solía haber presencia de funcionarios policiales que realizaban recorridos en bicicleta lo que la hacía sentir más segura, pero desde hace  bastante tiempo “los únicos que se ven por ahí son los señores de mantenimiento que limpian el parque, pero los de seguridad no se ven”.

Alicia Gonzáles, abogada de 54 años, por su parte ha tenido que modificar su ruta de ejercicios porque siente que el parque la mayoría de las veces está solo. Asegura que desde que frecuenta el lugar solo en una ocasión la revisaron al entrar y asegura que siempre está atenta con quienes le rodean pues ella, que suele ir con regularidad, ya ha adquirido la habilidad de reconocer quiénes son los “rostros extraños”.

Durante el recorrido se pudo constatar que en la entrada existe presencia de funcionarios de la Guardia del  Pueblo, pero no hay registro de pertenencias, ni detector de metales; y no se encontró a ningún funcionario de seguridad, a pesar de que hace apenas dos meses se creó la Coordinación de Seguridad para reforzar la protección del lugar.

De igual forma existe otra entrada, la del estacionamiento, en donde también se entra sin ningún problema, sin ser registrado o sin algún control que evite que ingresen armas al parque.

No obstante, Virginia Sandoval, otra usuaria del parque, asegura que durante los fines de semana, cuando hay más personas, la presencia policial es mayor: “Aquí en la semana no se ve casi a la policía, pero los fines de semana sí te revisan al entrar y uno ve a uno que otro guardia por ahí”.

Sin embargo las voces de los que frecuentan el lugar repiten lo mismo una y otra vez: “Hace falta más seguridad”, pues además de ser parte de nuestra cultura ir un domingo o entre semana a trotar, caminar, compartir con amigos o simplemente a disfrutar de los animales que allí se encuentran se ha convertido en uno de los pocos sitios a donde se puede ir sin gastar mayor cantidad de dinero, en donde se puede disfrutar del aire libre y puro y que es considerado, después del Ávila, el parque más importante de la ciudad.

Escrito por Dugbelys López

Twitter @Deedee_Lopez