Venezuela y Panamá se encuentran inmersos en una relación muy tensa en estas últimas semanas. Debido a la situación política que enfrenta Venezuela y los actos violentos que las manifestaciones y protestas han propiciado, el gobierno de Panamá solicitó a la OEA se realizara una reunión de carácter urgente para tratar dicha situación y llegar a un diálogo de paz para los venezolanos.
La respuesta del mandatario venezolano, Nicolás Maduro, fue rechazar de manera categórica esta reunión, señalando que la OEA no tiene injerencia en los asuntos internos de Venezuela. A su vez, el presidente decidió romper todo tipo de relaciones con Panamá acusándolos de ser “lacayos del imperio“.
Ahora bien, el gerente de la Zona Libre de Colón, Leopoldo Benedetti, señaló que Venezuela le adeuda a Panamá una cifra cercana a los 2.000 millones de dólares y que por tanto debe cancelar sin importar la ruptura entre ambos países.
Por su parte, el presidente panameño, Ricardo Martinelli, señaló que espera que la decisión tomada por el presidente Maduro no sea una simple excusa para no pagar esta deuda, señalando que no hay excusa para no hacerlo ya que Venezuela es un país muy rico. Aunque mencionó que el país pareciera encontrarse en bancarrota. “No quisiera pensar que esto es una excusa para no pagar y que el Estado venezolano sea mala paga”, apuntó el mandatario panameño.
Martinelli expresó que la intención de su Gobierno nunca fue inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela y que por el contrario lo que busca es encontrar una solución de paz y armonía para crear un diálogo entre los hermanos venezolanos. En cuanto a las palabras propiciadas por Maduro, el presidente de Panamá aseguró que no replicará a dichas palabras por catalogarlas vulgares.