Este jueves el fundador de Wikileaks, Julian Assange, cumple dos años desde que se refugió en la embajada de Ecuador en Londres, legación diplomática que se ha mantenido bajo estricta vigilancia policial y de la seguridad británica.
Assange se refugió en ese lugar el 19 de junio de 2012, ante el anuncio de las autoridades judiciales británicas de extraditarlo a Suecia, donde es solicitado por supuestos delitos sexuales.
El periodista australiano ha negado las acusaciones hechas en Suecia y teme ser enviado desde ese país a Estados Unidos, donde se juzgó al soldado Bradley Manning, quien se declaró culpable de filtrar documentos a Wikileaks.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha denunciado que Reino unido atenta contra los derechos humanos de Assange, al no otorgarle el salvoconducto para que abandone la sede diplomática y viaje a Quito a gozar del asilo humanitario que le brindó el país suramericano.
Además, ha señalado que Suecia puede proceder a interrogar a Assange estando éste en la embajada, sin necesidad de viajar a ese país.
“Seamos claros, aquí hay mucha prepotencia imperial porque Assange ni siquiera está acusado. Según la ley sueca puede ser interrogado vía videoconferencia o en nuestra Embajada, pero el fiscal sueco no quiere y exige que vaya a Estocolmo”, criticó Correa.
De Wikileaks al asilo
Assange fundó Wikileaks en 2006, un portal que tomó relevancia en 2010, cuando comenzó a publicar, luego de recibir sin mediar pago alguno y corroborar su veracidad, miles de documentos relacionados con la política exterior y militar de Estados Unidos.
El primer lote de archivos lo hizo público en julio de ese año, que consistió en 77.000 documentos militares de Washington sobre la guerra en Afganistán.
La revelación de esos documentos despertó enseguida el interés de autoridades de varios países sobre Asssange, un mes más tarde Suecia emite la primera orden de arresto contra el periodista por presuntos delitos sexuales, cometidos entre el 13 y 18 de agosto de 2010, cuando estaba de visita en ese país.
En octubre de 2010, Wikileaks hace públicos unos 400.000 informes militares de Irak de entre 2004 y 2009 sobre varias denuncias de torturas y abusos que EEUU nunca investigó y muerte de civiles de las que no se informó.
En noviembre de ese mismo año salen a la luz 250.00 cables diplomáticos estadounidenses, que incluían desde la orden de la Casa Blanca de espiar al secretario general de la ONU y bloquear al fallecido ex presidente venezolano Hugo Chávez, hasta comentarios sobre varios líderes internacionales y algunas de las principales acciones injerencistas de Estados Unidos.
Enseguida el gobierno estadounidense ordenó a sus embajadas en todo el mundo la revisión de los cables diplomáticos que fueron enviados entre 2006 y 2009, ante el temor de que la página de Internet WikiLeaks publicara material diplomático sensible.
Todos esos cables Wikileaks se los remitió, para su publicación impresa, a varias cadenas periodísticas que procedieron a difundirlos, lo cual es uno de los argumentos de Assange en su defensa ante las presiones de EEUU.
Ese mismo mes, un fiscal sueco vuelve a emitir una orden de arresto contra Assange por los presuntos delitos sexuales. El periodista se entrega días después a Scotland Yard y es liberado nueve días más tarde e inicia arresto domiciliario.
En febrero de 2011 un juez británico dicta una orden de extradición contra Assange hacia Suecia, la que apeló el fundador de Wikileaks y fue cancelada.
Ese año se siguen revelando cables de Estados Unidos, que daban cuenta de acciones de Washington contra países de Latinoamérica. En abril de ese año el gobierno de Ecuador expulsa del país a la embajadora estadounidense, Heather Hodges, declarada persona no grata tras las revelaciones en Wikileaks en los que la emisaria se refería al gobernante ecuatoriano y al ex comandante de la Policía Nacional, general Jaime Hurtado, de forma peyorativa.
En mayo de 2012, la Corte Suprema británica sentencia que Assange puede ser extraditado a Suecia; un mes más tarde, el 19 de junio, Assange decide refugiarse y solicitar el asilo diplomático, que le fue concedido.
Assange no ha podido salir de Londres para gozar del asilo en Ecuador, debido a que las autoridades británicas se niegan a concederle un salvoconducto para que pueda abandonar la Embajada y dirigirse al aeropuerto sin ser detenido.
AVN