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POR 100 DÓLARES FANÁTICOS PUEDEN REVIVIR LOS SUEÑOS URUGUAYOS EN BRASIL

Con 100 dólares (200 reales) cualquier fanático del fútbol puede revivir los sueños, recorrer los pasillos y desayunar en el mismo restaurante en el que lo hicieron los uruguayos ganadores de la Copa del Mundo de 1950 en el histórico “Maracanazo”. 

Esa es la tarifa por persona en una habitación doble en el Hotel Paysandú que utilizó como “cuartel general” la selección celeste que tuvo a Obdulio Jacinto Varela como capitán y a Alcides Edgardo Ghiggia, último superviviente, como figura. Aunque han transcurrido 64 años de aquel Mundial el Hotel Paysandú no ha cambiado mucho. Su fachada luce casi como entonces, con nueva pintura, pero las puertas de acceso, paredes internas, el mobiliario, los teléfonos y los adornos invitan a un viaje al pasado.

“El hotel se mantiene como era en aquella época, la única reforma importante ha sido en los baños, por problemas de las tuberías”, destacó José Josimo, gerente desde hace 15 años. No bien se traspasa la puerta de entrada un cuadro de dimensiones considerables destaca: “Aquí en el Hotel Paysandú, se hospedó la selección Uruguaya de fútbol, campeones de la Copa del Mundo en 1950, cuando vencieron a Brasil por 2 X 1, un juego histórico que se hizo conocido como el MARACANAZO”. 

El texto se repite en portugués, español e inglés y a su lado, en un tamaño menor se incluye la portada de un diario con una fotografía del segundo gol de Uruguay, marcado por Ghiggia y bajo una reproducción del cartel alusivo al Mundial de Brasil 1950 “Aquel partido fue la mayor tristeza del pueblo brasileño en el fútbol en toda la historia y es lógico que no se hayan guardado muchos recuerdos“, agregó Josimo. Además recordó a los uruguayos “celebrar por todo lo alto”. 

El hotel Paysandú es uno de los pocos en el Mundo que puede decir con orgullo que alojó a la Copa Jules Rimet“, agregó. Ubicado en el barrio de Flamengo, a pocas cuadras de las famosas playas de Río de Janeiro, el establecimiento es actualmente un tres estrellas de 76 habitaciones. 

El lugar acunó los sueños de los campeones del “Maracanazo”, como se conoce a la victoria contra todo pronóstico de Uruguay sobre Brasil en la final de la Copa de Mundo de 1950. El partido se jugó en el mítico estadio Maracaná, considerado la catedral del fútbol sudamericano, frente a 200.000 espectadores y debido a la reglamentación de aquella época la selección brasileña le bastaba el empate para ganar el título. 

Obdulio Varela contó años después que tras celebrar la obtención del título con sus compañeros salió a caminar por Río de Janeiro. “Ver ancianos, adultos, jóvenes y niños llorando desconsoladamente en las calles me produjo mucha pena y casi sentí vergüenza por haberles quitado un sueño y causado tanto dolor”, reveló el capitán celeste.