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ECUADOR Y SUIZA DEBUTAN MAÑANA EN UNA CIUDAD SIN ÁNIMO MUNDIALISTA

Las selecciones de Ecuador y Suiza debutarán mañana en el Mundial 2014, en un partido que será el primero que se dispute en Brasilia, una ciudad en la que el fútbol está lejos de ser una pasión y en la que es casi inexistente.

Brasilia es el corazón administrativo del país, pero no es su alma y eso, cuando se habla de fútbol, resulta evidente. La ciudad erguida de la nada en 1960 tiene sólo dos equipos con algún nombre en el fútbol nacional, el Gama y el Brasiliense.

Pero el primero juega en la Segunda División y el otro lo hace en Cuarta, con lo que ni siquiera el que sería el clásico de la ciudad se juega habitualmente y, cuando se disputa, no pasa de atraer a más de 5.000 espectadores.

Eso ayuda a que la pasión por el deporte rey no esté arraigada en la capital, aunque aún así, gracias al Mundial, Brasilia cuenta con el tercer estadio más caro del mundo, el Mané Garrincha, con una capacidad para 70.000 personas y que ha costado la nada desdeñable cantidad de 617 millones de euros.

En vísperas del partido Ecuador-Suiza, que corresponde al Grupo E, que completan Francia y Honduras, algunas banderas brasileñas engalanan con timidez tiendas y carros, pero, en realidad, resulta difícil creer que la mayor fiesta del fútbol ha llegado a la ciudad.

Brasilia es una ciudad joven, de apenas 54 años. Una urbe nacida de la nada, con el fin de acoger al Gobierno nacional e ideada por el entonces presidente, Juscelino Kubitschek, quien la inauguró 21 de abril de 1960.

El arquitecto Óscar Niemeyer y el urbanista Lúcio Costa fueron los encargados de llevar a cabo el proyecto y diseñaron en el centro de Brasil una ciudad futurista, con la forma de un ibis, un pájaro que, según Costa, evoca la forma de una cruz, aunque muchos dicen que se trata de un avión.

El resultado fue una ciudad que ofrece estampas que parecen de otro planeta, pero también una ciudad fría, de grandes distancias y poco atractiva para ser caminada.

Apenas hay sombras en las que cobijarse de un clima que puede llegar a dejar sin aliento, pese a que para mañana el pronóstico dice que será bastante benévolo con ecuatorianos y suizos.

Para el domingo, a la hora del partido, que se disputará a las 13.00 (16.00 GMT), se espera una temperatura en torno a los 21 grados y una humedad ambiental de un 65 %, elevada para esta época del año, cuando en Brasilia puede llegar a caer a menos del 20 %.

Según se va aproximando el día del partido, se van dejando ver por las calles algunos aficionados venidos, principalmente, de Ecuador.

Luis Andrade, responsable de prensa de la Embajada de Ecuador, dijo a Efe que se prevé la presencia de hasta 8.000 ecuatorianos.

Muchos de ellos se han agolpado ayer y hoy frente al hotel Brasilia Palace, donde se hospeda su selección, o se han desplazado a un campo del Cuerpo de Bomberos, en el que los dirigidos por Reinaldo Rueda han hecho sus primeros entrenamientos en la capital.

Hoy, ambas selecciones conocerán el césped del Mané Garrincha, y mañana comenzarán su andadura en el Mundial, en el que ni una ni otra tienen muchas aspiraciones.

Para Suiza, el objetivo es quedar entre los 16 primeros, según dijo su entrenador, Ottmar Hitzfeld, aunque apuntó que si su equipo logra avanzar a cuartos de final, “ya no habrá límites”.

Para los ecuatorianos, el primer desafío será pasar a los octavos y llegar por vez primera a los cuartos de final, en el que será el tercer Mundial de su historia.

Texto EFE.