(A Todo Momento) — La Organización Miss Venezuela esta envuelta en un escándalo de corrupción y hasta de una posible red de prostitución que ha obligado el cierre temporal del concurso de belleza.
“Se ha tomado la decisión de iniciar una revisión interna para determinar si algunos de sus relacionados, durante el curso de sus gestiones, ha incurrido en actividades que quebranten los valores y la ética del certamen”, explica un comunicado del Grupo Cisneros Media, empresa promotora del concurso y propietaria de televisoras, este miércoles.
La caja de Pandora se abrió
El primer aviso lo dio la miss Patricia Velásquez en 2015, pero casi nadie quiso escucharla. “Tuve que empezar a prostituirme”, aseguró la actriz, una de las protagonistas de La Momia, quien así obtuvo financiación para sus cirugías estéticas, a las que Sousa obligaba a casi todas las chicas si querían triunfar, y para la compra de un apartamento gracias a la “generosidad” de los patrocinadores del concurso.
Ahora, sin el zar de la belleza al frente, los testimonios se reproducen. “Tienes que ir donde Fulano, uno de los patrocinantes más duros del concurso. Él tiene que verte y llevarte el traje de baño, pues donde pone el ojo, pone la bala”. Así le dijeron a la concursante Vivian Sleiman, hoy escritora, como ha recordado ella misma esta semana en su cuenta de Instagram.
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Su relato comienza con un apabullante “¿De qué se sorprenden?”. Y lo que sigue resume el final de una historia repetida cientos de veces. Los patrocinantes son empresarios y hombres poderosos, muchos de ellos vinculados a la revolución, que financiaban operaciones estéticas, viajes y demás gastos de las chicas. La excusa oficial es que invertían su dinero en el concurso por el amor a su país.
Sleiman acudió a la cita sexual, pero acompañada de su hermano. “Dicho y hecho. El hombre me esperaba en la reunión desnudo con un bóxer (calzoncillo) blanco… Luego me entero de muchas cosas más y que nadie se ha atrevido a hablar. Ojo, hablo de mi experiencia, pero esa red es un secreto a viva voz de lo que sucede y los innumerables regalos como Rólex, entre otros tantos que operan en la clandestinidad. Algunas misses se prestan a ello. Solo algunas, acoto”, concluye Sleiman.
Entre las que no se prestó al juego del poder se encuentra una ex concursante y modelo, casada hoy con un jugador de la selección venezolana de fútbol. Mantiene su nombre en el anonimato, los tentáculos del poder llegan hasta muy lejos. La joven acudió a una cena con un patrocinante, no accedió a sus pretensiones y no repitió. Pero reconoce a EL MUNDO que una parte de sus compañeras cayó en las garras de la red, incluso se benefició de ella.
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Otro de los personajes clave de esta historia es la escritora y periodista Ibéyise Pacheco, quien acaba de publicar Las muñecas de la Corona, novela acerca de los crímenes y la perversión del chavismo en el poder, con especial atención a la prostitución encubierta tras las bambalinas de la belleza.
¿Realidad o ficción? “Las redes de prostitución existen, sin ninguna duda, y están implicadas con la maquinaria de corrupción chavista. El Miss Venezuela y otros certámenes de belleza han operado con las mafias del poder, con Hugo Chávez y con Nicolás Maduro. Algunas de las misses fueron utilizadas y otras se asociaron. Varios de los protagonistas están nerviosos por lo que va a trascender”, advierte la escritora.
De momento, la organización se lava las manos. Obligada por el escándalo que no para de crecer, emitió un comunicado el jueves pasado, en el que no anuncia ninguna investigación pese a la gravedad de los hechos. Y su respuesta no ha convencido a casi nadie: “No tienen conocimiento de los hechos descritos (Cisneros Media y Venevisión, empresas responsables del manejo de la organización) ni están involucradas en ninguna de las actividades que sus empleados, candidatas, asesores, representantes o asociados realicen fuera de las acciones propias del concurso”.
La que sí está actuando es la justicia europea en el caso de la Banca de Andorra, que involucra a Diego Salazar. Este mecenas, primo del ex presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, y su hombre de confianza, está acusado de desfalcar 2.000 millones. Y muy próximo a él está la miss Claudia Suárez, finalista de 2006, quien habría ingresado un millón de dólares en el mismo banco.
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Precisamente en torno a una Fundación creada por Salazar se han movido varias de las misses que hoy se acusan de estar relacionadas con los jerarcas del chavismo y de recibir sus favores especiales. “Todas son unas zorras y aquí todo el mundo las alaba. La arrechera (enfado) que me da es que las únicas enchufadas somos nosotras”, se defendió Anarella Bono, ex mujer del superintendente de la banca, el comandante Antonio Morales, antiguo edecán de Chávez, y muy cercana a Debora Meniccuci, esposa de Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia. El magistrado, gran aliado de Maduro en el poder judicial y martillo revolucionario contra el Parlamento y la oposición, conoció a su mujer cuando ésta participó en Miss Venezuela.
El rosario de misses afectadas crece por horas, ya que unas y otras se van sumando a la polémica aunque no lo quieran. Desde Stefanía Fernández, una de las seis Miss Universo, hasta Zoraya Villarreal, Ana Carolina Ugarte, Vanessa Gonçalvez, Blanca Aljives…María Gabriela Isler, otra de las Miss Universo, aireó las propuestas indecentes recibidas en su carrera. “Tú te enfrentas al lado bueno y al lado malo, tú decides de qué lado estar. Tienes 18 años, vienes del centro del país, te ofrecen villas y castillos. Piensas en lo cercano, lo rápido, lo fácil”, aseguró en una entrevista radiofónica, calificando como “tiburones” a los que se mueven en el entorno de las chicas. “Es lamentable lo que está pasando hoy con el mundo de la belleza”, sentenció.