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Todos tenemos un Stonewall Momentum | Por David Gallardo

(A Todo Momento) — Sentirse orgulloso por quien eres es una declaración que va más allá de la autoestima, es una demostración de dignidad. La defensa de los gustos, preferencias, pensamientos, sentimientos y la conducta es un derecho que tenemos todos los seres humanos. Stonewall es un sello de lucha, toda persona que pertenece a la comunidad LGBTQ debe tener en cuenta que hace 50 años empezó la lucha por sus derechos para ser tratado como otro ciudadano común.

Aunque la pelea haya empezado hace medio siglo, eso no ha disminuido los ataques de odio e intolerancia. La ignorancia se mantiene como un estigma que rechaza ser borrado, por eso se refugia en “buenas costumbres”, el “deber ser” o “la postura deseada por Dios”. La diversidad es un hecho y eso no es algo que pueda ser refutado.

Los actos de odio, desde el bullying, pasando por el acoso en todos sus niveles, terminando por la tortura y el asesinato, deben ser completamente rechazados, repudiados y adscritos como lo que son: crímenes.

Un “Stonewall Momentum” es un punto de inicio donde un acto de odio nos da la conciencia que, verdaderamente, tenemos el derecho ser tratados como un ciudadano más. La tolerancia a la intolerancia se acaba y empezamos a defendernos y exigir respeto. El miedo se vuelve parte de la motivación de dejar de sentir eso mismo… el miedo.

Mi Stonewall Momentum

Hace un par de años, cuando estaba presentando el penúltimo semestre de Comunicación Social (Venezuela), fui amenazado por un compañero porque se sentía “intimidado” por mi forma de debatir en el aula. Ciertamente siempre he sido una persona abierta a los debates y a la defensa de mis ideales u opiniones y estando en una clase de periodismo, debemos ser más resistentes y activos al momento de discutir ideas.

El personaje en cuestión, quien es un locutor de una radio en la ciudad de Guatire, me había preguntado meses anteriores mi preferencia sexual, claramente le comenté que soy gay, así que seguido a eso me invitó a un programa para “defender” mi postura frente a otros invitados que, según entendí, eran personas conservadoras y anti-LGBT, Rechacé la invitación.

Yo siempre tenía la costumbre de llegar extra temprano a la universidad, me dirigía al salón y me quedaba ahí, a veces desayunando, otras veces durmiendo. Un día llegué y el salón estaba solo, me quedé un rato desayunando y entró un compañero, solo nos saludamos y se fue a su puesto, entonces el sujeto en cuestión se acercó a conversar con aquel compañero, este salió del aula y fue ahí cuando me amenazó.

Se acercó a mí, me gritó en mi cara, diciendo que estaba cansado de “mis comentarios” en clase, que me dejara de mis “mariqueras”, que no me olvidara que él sabía quien era mi familia y que donde vivía, que yo no estaba preparado para lo que él podía hacerme si yo seguía.

Mi cara fue de indiferencia todo el tiempo, aunque por dentro estaba aterrado. Apenas pude, fui a denunciarlo a la jefatura de la facultad. La respuesta de las autoridades fue que “no podían meterse en conflictos interpersonales”. Ante esta situación, me llene de miedo, estaba completamente aterrado, volteaba en cada calle, me fijaba si nadie me seguía, incluso cuando estaba con mi pareja.

Pero para mí fue suficiente ¿qué debía hacer? ¿Vivir con ese miedo y bajar mi cabeza? No. Hablé con un profesor y le pedí que me diera 20 minutos de su clase . Me vestí completamente de negro y decidí hacer una presentación hablando del respeto y la dignidad a partir de los colores de la Rainbow Flag, aparte de reproducir el vídeo de Take Me To Church de Hozier.

Expliqué que las amenazas jamás me van a detener y que todos merecemos respeto y a ser tratados con dignidad. Desde ese momento siempre tomaba el momento de hablar de la Comunidad LGBT y su diversidad. Varios compañeros se acercaron a mí y siempre me dieron su apoyo, no obstante me enteré que el sujeto se quejaba y exigía a los profesores que detuvieran esto. Entiéndase que la Universidad es un lugar donde todos los conocimientos, opiniones y estudios deben encontrarse y compartir experiencias y hechos.

Quizás yo corrí con suerte y solo fue una amenaza, pero cada persona debe mantenerse fuerte ante el odio. La lucha por la igualdad de los derechos debe ser constante y abierta, teniendo el mundo de testigo. El ser humano siempre luchará por la igualdad, frente a los parámetros, a veces injustos, de la justicia o de la misma sociedad. Junio es el mes del Orgullo LGBTQ, pero no nos podemos olvidar que el resto del año tenemos que seguir impartiendo educación sobre este tema, defendiéndonos y difundiendo el mensaje que la diversidad es un hecho y que está bien.

https://davidgallardoperiodista.wordpress.com/