(A Todo Momento) — En la actualidad hay muchas personas que se consideran heterosexuales, pero secretamente mantienen relaciones homosexuelaes. Ellos tienen varias clasificaciones, en este artículo se explican detalladamente.
Por Justin Lehmiller / VICE
Como investigador sexual, descubrí que la orientación sexual es un tema mucho más difícil de estudiar de lo que inicialmente pensé. Esto se debe en gran parte al hecho de que las etiquetas de identidad sexual que las personas adoptan no siempre concuerdan con su comportamiento sexual real.
En particular, he descubierto que hay muchas personas que dicen que son heterosexuales, pero que informan haber tenido parejas del mismo sexo. Incluso he visto algunos estudios en los que las personas autoidentificadas como heterosexuales con experiencias con personas del mismo sexo superan a todos los individuos identificados como no heterosexuales juntos.
¿Porqué ocurre esto? ¿Quiénes son estos heterosexuales que están teniendo sexo gay? Si bien es tentador decir que estas personas son secretamente homosexuales o bisexuales y no han salido del clóset, un nuevo estudio publicado en Archives of Sexual Behavior sugiere que esto podría ser una simplificación grave y que hay hasta seis tipos diferentes de personas que se identifican como heterosexuales que, sin embargo, tienen experiencias homosexuales.
Llegaron a esta conclusión con base en un amplio estudio de más de 24,000 estudiantes de 22 universidades diferentes de Estados Unidos. Los estudiantes participaron en una encuesta detallada sobre su ligue más reciente (si es que habían tenido alguno). Un total de 14,630 estudiantes describió un ligue reciente, de los cuales el 5 por ciento (695 ligues) involucraban a una pareja del mismo sexo. Este subgrupo fue el centro del estudio.
De quienes informaron haber tenido relaciones homosexuales, el 12 por ciento de los hombres y el 25 por ciento de las mujeres se identificaron como heterosexuales. Se realizó un análisis estadístico para agrupar a estos individuos en grupos basados en características compartidas, y los resultados señalaron las siguientes categorías.
El primer y más grande grupo fueron aquellos que se caracterizaron simplemente por querer más. Estas personas realmente disfrutaron de su conexión y, en su mayoría, quisieran tener una relación romántica con su pareja. Este grupo fue el que más probabilidades tuvo de tener experiencias previas con personas del mismo sexo y la menor probabilidad de haber estado borracho. Es justo pensar que estas personas se encuentran en las primeras etapas de declararse como gay o bi.
El segundo grupo fue descrito como borracho y curioso. Casi tres cuartas partes de estos estudiantes habían bebido en exceso, muy pocos informaron experiencias previas con el mismo sexo y, en general, tenían opiniones bastante liberales sobre el sexo. Sin embargo, no disfrutaron la experiencia tanto como el primer grupo (aunque aún así fue agradable en general) y casi ninguno dijo que querían una relación romántica con su pareja. Este grupo está relacionado con las fiestas intensas y la experimentación.
El tercer grupo fue descrito simplemente como poco goce. La gran mayoría de este grupo dijo que no les gustó la experiencia en absoluto. Sin embargo, a diferencia de los primeros dos grupos, la mayoría de las personas en este no tuvieron contacto genital con su pareja y limitaban sus actividades a besarse y tocarse solamente. En otras palabras, no llevaron las cosas muy lejos porque simplemente no lo sentían con esa persona.
El cuarto grupo consistió en personas que tuvieron experiencias con individuos del mismo sexo por show y llamar la atención. Todas las personas de este grupo eran mujeres que se relacionaban con otras mujeres en eventos sociales donde otros podían verlas. La mayoría había bebido en exceso, limitado sus actividades a besos o caricias y no tenían experiencias previas con el mismo sexo. La “bisexualidad performativa” sería otra forma de describir esto: hacen su pequeño espectáculo, tal vez para llamar la atención o prender a alguien más.
El siguiente fue lo amaron, pero son muy religiosos. Estas personas (en su mayoría mujeres) realmente disfrutaron de sus ligues, pero parecían tener fuertes creencias religiosas que no encajan con la adopción de una identidad gay o bisexual. Eran bastante similares al grupo “querer más” al disfrutar la experiencia, así como en su deseo de una relación de pareja. Sin embargo, la diferencia fue que la mayoría de estas personas asistían a servicios religiosos ocasionalmente y decían que sus creencias religiosas orientaban sus opiniones sexuales.
Finalmente, y relacionado con el grupo anterior, tenemos al grupo “no soy quien puedo ser”, que consistía en personas (en su mayoría hombres) que estaban en acuerdo en que la homosexualidad siempre está mal. Este grupo fue el más políticamente conservador y, casi todos, basaron sus actitudes sexuales en creencias religiosas. No disfrutaron la experiencia casi tanto como el otro grupo religioso y relativamente pocos dijeron que querían una relación. (Este grupo recuerda los informes de noticias de políticos homofóbicos involucrados en escándalos homosexuales).
Como puede verse, las personas autoproclamadas heterosexuales que participan en ligues con personas del mismo sexo provienen de un conjunto diverso de contextos y varían considerablemente en cómo se sienten acerca de sus experiencias. Dada esta variación, parece lógico concluir que una identidad heterosexual es más probable que persista en algunas personas y no en otras.
Específicamente, los grupos con mayor probabilidad de transitar su identidad en un futuro a corto plazo son probablemente las personas “querer más” y “borracho y curioso”, dado que generalmente disfrutaron la experiencia y no parecían estar lidiando con conflictos religiosos. Por el contrario, los otros cuatro grupos quizá tengan más probabilidades de conservar sus identidades heterosexuales en el futuro, al menos por un tiempo. Sin embargo, es posible que eventualmente cambien, dependiendo de sus experiencias futuras y de cómo evolucionen sus actitudes y entornos sociales.
Estos hallazgos nos dicen algunas cosas importantes. En primer lugar, aquellos que estudian la orientación sexual pierden gran parte del panorama cuando se enfocan exclusivamente en la identidad sexual. Es aconsejable no hacer demasiadas suposiciones sobre el comportamiento sexual basándose en una etiqueta de identidad determinada. En segundo lugar, no todos los que se identifican como heterosexuales y se involucran en comportamientos homosexuales no han salido del clóset. De hecho, parece haber un complejo conjunto de factores y motivaciones que subyacen a este fenómeno, y no todos ellos son igualmente indicativos de un cambio futuro en la identidad sexual de la persona.