(Redacción A Todo Momento) — El pasado miércoles 08 de noviembre, la fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente aprobó la “Ley Constitucional contra el Odio, por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia” o llamada “ley Contra del Odio”.
Dicha ley, que contiene 27 artículos, plantea aplicar pena de cárcel para quienes promuevan mensajes de intolerancia y odio. De igual forma se habló de sanciones para los medios que impulsen la violencia.
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Claramente es una postura en contra de la libertad de expresión, más allá de las persecuciones, los procedimientos administrativos o incluso el cierre de medios, el régimen agudiza su postura comunicacional: Callar la verdad.
La Ley Resorte solo sería el preámbulo de esta cacería de brujas que posee el Gobierno, pero la Ley Contra el odio reúne todas las herramientas para poder castigar a quienes se atrevan a decir la verdad.
La triste justificación de la Ley contra el Odio
Luego de cuatro meses de protestas, que evidenciaron las violaciones de Derechos Humanos, la terrible crisis económica, los problemas de corrupción y la conducta dictatorial del régimen, la ANC “aboga por la paz del país”. Dicha ley dictatorial busca que no se transmitan mensajes de odio, que puedan conllevar a la violencia, guerra, racismo y/o discriminación en la población.
Según un trabajo especial de El Nacional la nueva norma prohíbe “toda propaganda a favor de la guerra y toda apología del odio nacional, racial; religioso, político y de cualquier otra naturaleza”.
¿Qué pasa con el veneno del Gobierno?
Los periodistas, ciudadanos comunes o incluso los políticos opositores “deben ahora cuidar lo que dicen” sino quieren ir preso por más de 20 años o pagar más de 40 millones de bolívares en caso de ser un medio de comunicación, pero ¿qué pasa con los miembros del Gobierno?
Personajes de Marío Silva, Iris Valera o el mismo Nicolás Maduro se regocijan insultando a diferentes dirigentes políticos venezolanos o lideres de la Comunidad Internacional. ¿Acaso si existiera política de Estado en Venezuela, no deberían ellos también cuidar sus discursos?
Es claro que los chavistas no conocen la postura que debería tener un funcionario a cargo de un puesto en el Estado venezolano. Atentan contra las buenas costumbres con insultos o groserías, muchas de estas, dichas frente a una cámara que deja expuesto el vocabulario y verdadero odio que se expone por la televisión del venezolano común.
¿Cuánto debería pagar Maduro por cada insulto? ¿Cuántos tiempo debería estar presa Iris Valera y Mario Silva por cada acto de violencia?