Al menos 350 muertos y más de 2.000 desaparecidos es el saldo que ha dejado hasta ahora un alud ocasionado por las intensas lluvias en Afganistán, específicamente en la villa Hobo Barik de la provincia de Badakhshan, al noreste de ese país.
El gobernador de esa entidad, Shah Waliullah Adeeb, informó que una tercera parte de los habitantes de la zona está sepultada tras el colapso del costado de una colina este viernes, aproximadamente a la 1:00 de la tarde, que derrumbó unas 300 viviendas. “No tenemos suficientes palas, necesitamos más maquinaria (…) Es físicamente imposible en este momento”, añadió el mandatario, quien solicitó apoyo para las cuadrillas de rescate.
Por su parte, Ari Gaitanis, vocero de la Misión de Asistencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Afganistán, dijo que ya se encuentran trabajando para rescatar a gente atrapada en conjunto con las autoridades de ese país, en el cual los aludes y avanlanchas tienden a ser frecuentes, pero no tan letales como la de este viernes.
En tanto, el director provincial del Departamento Nacional de Manejo de Desastres, Abdullah Homayun Dehqan, detalló que en varios distritos de la provincia se han registrado inundaciones por las fuertes precipitaciones, las cuales han dejado un total de cuatro personas fallecidas y ocho desaparecidas.
Ubicada en las cordilleras de Pamir e Hindu Kush, en la frontera con China, Badakhshan es una de las zonas más remotas del país, caracterizada también por ser blanco de ataques insurgentes desde la invasión de Estados Unidos, en 2001. Por temor a que ocurriesen más movimientos de tierra, fue evacuada una villa cercana.
La última vez que un alud provocó tantas muertes fue hace dos años, en febrero del 2010, cuando más de 170 personas perdieron la vida en el Paso Saland, el cual conecta a la capital con el norte, a 3.800 metros de altitud (12.700 pies).