Un albatros ha levantado el vuelo en la isla de Guadalupe, a 241 kilómetros de la costa occidental de Baja California, confirmando el éxito de un audaz proyecto de conservación biológica entre Estados Unidos y México.
El proyecto dirigido por la organización mexicana Grupo de Ecología y Conservación de Islas (GECI) y la estadounidense Pacific Rim Conservation pretende encontrar un nuevo hábitat donde los albatros puedan estar a salvo de la subida del nivel del mar que amenaza su supervivencia.
Alrededor del 95% de los albatros de patas negras (Phoebastria nigripes) del mundo se encuentran en las islas hawaianas del norte del Océano Pacífico. Estas aves marinas de 3 kilos, que anidan en playas arenosas de baja altitud, son especialmente vulnerables a la subida del nivel del mar y a las inundaciones: en una isla, una subida de dos metros del nivel del mar durante el próximo siglo inundaría hasta el 91% de los nidos.
Sin embargo, la isla de Guadalupe ofrece lugares de anidación en terrenos más altos. También es un territorio familiar para los voladores de altura que anteriormente residían en la isla, que ha vuelto a ser un hogar apropiado después de que los conservacionistas hayan trabajado durante los últimos 20 años para erradicar las especies invasoras.
El primer ascenso de Copito de Nieve -el ave que levantó el vuelo el 16 de junio- fue la culminación de un largo viaje: en enero, el joven albatros fue uno de los 21 huevos transportados 6.000 kilómetros en una aerolínea comercial desde la isla de Midway Atoll. Hicieron una parada en Honolulu (Hawai), antes de ser trasladados a San Diego (California), y luego a Tijuana (Baja California), antes de llegar finalmente a la isla de Guadalupe.
En febrero, 18 huevos eclosionaron en Guadalupe gracias a años de planificación, decenas de permisos de ambos países y medio millón de dólares de financiación de varias organizaciones no gubernamentales, por no hablar de los obstáculos adicionales negociados por la pandemia de Covid-19.
Julio Hernández Montoya, biólogo conservacionista del GECI, dijo que el proyecto fue impulsado por un sentido de urgencia: en Hawai las aves estaban destinadas a ahogarse, dijo.
El esfuerzo] fue toda una hazaña… Nos llena de asombro y alegría, añadió.
Eric VanderWerf, biólogo de aves de Pacific Rim Conservation, admitió que el plan era audaz. La idea [de transportar las aves a través del Pacífico] era un poco descabellada… Hacer todo eso en medio de la pandemia… Todavía no puedo creer que lo hayamos hecho, dijo.
A pesar de haber sido trasladados de un entorno tropical a uno seco, los pájaros se desenvuelven bien: A los albatros les da igual… Pueden estar bien en cualquiera de los dos, añadió VanderWerf.
El equipo tiene previsto llevar otros 80 huevos de albatros de patas negras a la isla de Guadalupe en los próximos años.