Las lluvias son motivo de alarma en el aeropuerto más grande del país debido a las filtraciones en el techo, a pesar de que en 2020 se gastaron 14,75 millones de pesos (unos 700.000 dólares) en la impermeabilización.
Los viajeros que llegan a la capital con tiempo húmedo son recibidos por cubos amarillos, colocados estratégicamente en el suelo para recoger las gotas del techo.
Las obras de impermeabilización y sustitución del tejado se llevaron a cabo entre julio y diciembre del año pasado.
Se ha visto al personal de limpieza y a los agentes de policía formando equipo para evitar que se formen charcos en el suelo de la terminal y para contener las precipitaciones en la puerta 4, que tiende a convertirse en un pequeño río que fluye hacia la zona de facturación.
Las precipitaciones se intensificarán durante los meses de verano y se mantendrán en niveles elevados hasta octubre.
El gobierno ha declarado que la renovación del aeropuerto es una prioridad, pero hasta ahora las obras se han concentrado en la terminal 2.
El presidente canceló la construcción de un nuevo aeropuerto para la capital en 2018. Aunque nunca vio la luz, el centro aéreo de Texcoco ganó un premio internacional de arquitectura a principios de este año.