Los adolescentes utilizan sus smartphones una media de cinco horas diarias. Nueve de cada 10 adolescentes de 14 años ya tiene móvil
El uso del smartphone es una realidad cotidiana en nuestra sociedad. Y no sólo entre adultos, sino también entre los más jóvenes. La magnitud es de tal dimensión que la práctica totalidad de los adolescentes de 14 años ya dispone de móvil. En concreto, el 90% de ellos, según datos ofrecidos por la Asociación Proyecto Hombre.
La precocidad que muestran chicos y chicas de edades tempranas para utilizar estos dispositivos, tiene otra evidencia preocupante: Uno de cada tres niños entre los 12 y 14 años reconoce que practica sexting, el intercambio de fotos y vídeos con contenido sexual en su móvil.
Y no sólo eso. Uno de cada cinco niños que estudia cuarto de primaria, es decir, con una edad entre nueve y diez años, ya tiene su primer dispositivo. Su uso excede al simple hecho de hacer y recibir llamadas.
Casi un 85% reconoce tener acceso a internet, y utilizarlo fundamentalmente para comunicarse con sus amigos a través de la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp, para consultar fotos de Instagram y ver vídeos en Youtube.
Un hábito que se transforma en una costumbre para los adolescentes, ya que pasan una media de cinco horas diarias al frente de estas pequeñas pantallas, según datos ofrecidos este jueves durante la presentación de las XIX jornadas organizadas por Proyecto Hombre, esta vez enfocadas a la tecnología y al mundo digital.
Elena Presencio, directora general de Proyecto Hombre, explica que la actividad de la Asociación se ha centrado durante los últimos años en los jóvenes, fundamentalmente vinculados con el uso abusivo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
No en balde, confiesa que el aumento de casos que han atendido por estas razones ha pasado de un 0,42% en 2013 a 2,8% en 2016. “Es un aumento leve, pero sí refleja un incremento progresivo entre la población juvenil”, explica Presencio, que ha pedido “que no se trate a los jóvenes como adictos”.
Luis Bononato, presidente de la Asociación, corrobora esa tendencia al alza. “El hecho de que a edades tempranas ya tengan un dispositivo con posibilidad de conectarse a internet, supone un riesgo para favorecer situaciones como el sexting, el ciberacoso o el acceso a contenidos inapropiados”, subraya.
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