¿Qué significa convocar una constituyente?
Significa derogar la Constitución Bolivariana para crear una nueva, como lo establece el artículo 347 de la Constitución vigente.
¿Puede traer paz la nueva constitución, como lo señala el presidente Maduro?
Todo lo contrario. La razón por la cual el presidente deroga la Constitución Bolivariana es porque ya no le sirve.
La CRBV establece regulaciones que impiden el ejercicio absoluto del poder al consagrar, por ejemplo la autonomía e inmunidad de la Asamblea Nacional y de la Fiscalía General de la República. El proyecto madurista requiere alineación y subordinación al poder absoluto. Como la AN se convirtió en un contrapeso al ser controlada por la oposición, y la Fiscalía asumió una posición institucional de defensa del Estado de Derecho, el gobierno decidió que necesitaba neutralizarlas y solo podía hacerlo eliminando la Constitución que las creaba y protegía.
La otra razón, y probablemente la más importante, es que la Constitución Bolivariana obliga al presidente a medirse en las urnas electorales a más tardar el año próximo. Eso suponía su salida irremediable del poder.
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Esto es inaceptable para el poder absoluto. Si las reglas no me sirven cambio las reglas. Esta acción política probablemente será objeto de protesta, resistencia, desconocimiento y desacato, como lo han anunciado las fuerzas democráticas que se oponen al gobierno madurista, y buena parte del chavismo que considera la Constitución Bolivariana, que funda lo que denominó Chávez la V República, como la más acabada expresión de la visión del país del difunto presidente
¿Puede el presidente Maduro convocar una constituyente?
No. El artículo 5 de la Constitución Bolivariana establece que la soberanía reside en el pueblo y que es intransferible; y el artículo 347 establece que solo el pueblo soberano es depositario del poder constituyente y, justamente, en ejercicio de ese poder tiene la competencia de convocar una constituyente.
El pueblo en su conjunto habla votando en elecciones directas, universales y secretas. De modo que solo el pueblo en referendo votando puede convocar una constituyente.
Y solo el pueblo puede revocar lo que el pueblo aprueba. Por eso los titulares de los cargos de elección popular solo pueden ser revocados por el mismo pueblo que los eligió. La Constitución Bolivariana fue aprobada por el voto, solo el voto puede derogarla.
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Por eso el decreto donde el presidente convoca una constituyente, y por ende deroga la Bolivariana, es inconstitucional, ilegal e ilegítimo. Usurpa las facultades soberanas del pueblo, deroga mediante un decreto que es norma subalterna a la madre de las leyes.
En términos prácticos, es una ruptura del hilo constitucional, un golpe de Estado.
¿Pero entonces por qué el TSJ afirma que el presidente sí puede convocar una constituyente?
El TSJ ni nadie puede hacer constitucional lo inconstitucional. El presidente derogó por decreto a la Constitución Bolivariana aprobada por el pueblo. Ninguna “decisión” del TSJ puede hacer constitucional que un decreto derogue una Constitución.
La decisión del TSJ es una acción política así emane de un ente jurídico. Es una acción política para tratar de hacer presentable un golpe de Estado.
El origen de esta decisión está en la designación de militantes del partido de gobierno por el único y exclusivo mérito de estar dispuestos a representar hasta sus últimas consecuencias los intereses e instrucciones del presidente.
La historia está llena de ejemplos en los que los designios del poder absoluto son justificados y legitimados por integrantes del Estado designados para tales fines. Eso no los hace ética y jurídicamente válidos.
El TSJ ha decidido hacerse cómplice y fiador de un golpe de Estado. Lo mismo que cualquier rama del poder público nacional que por acción u omisión respalde la derogación de la Constitución por decreto.
Pero sí habrá elecciones; las bases constituyentes establecen que hay que elegir los constituyentes mediante votación universal, directa y secreta, ¿no?
Las elecciones no son para que el pueblo diga si quiere eliminar la Constitución Bolivariana, solo para elegir los integrantes de esa constituyente con unas bases constitucionales, comiciales y funcionales decididas por el presidente.
Una parte muy importantes de la usurpación son las bases constituyentes.
Una asamblea nacional constituyente es el máximo órgano que se puede constituir en una nación, por encima de ella no hay nada exceptuando la declaración universal de derechos humanos y la voluntad del pueblo que la elige. Una constituyente puede cambiar todo. Puede incluso establecer que en Venezuela ya no hay presidente electo por elecciones sino una dinastía monárquica como la de Corea del Norte o Cuba.
Por eso las bases debe aprobarlas el pueblo en el mismo referendo donde aprueba sustituir la Constitución y convocar una constituyente.
Las bases son cruciales porque establecen las reglas de cómo se elige la constituyente, define sus límites y condiciona su resultado a la aprobación final del pueblo en referendo. Solo el pueblo puede decir cómo se elige una constituyente y darle instrucciones vinculantes.
El decreto del presidente Maduro extiende su usurpación hasta girarle instrucciones “vinculantes” a la constituyente, la Constitución Bolivariana será sustituida por la constitución madurista.
Y las bases que ordena el presidente, adicionalmente, acaban con la universalidad del voto, que significa que cualquiera puede ser elegido por todos y todos pueden elegir a cualquiera, dentro de una circunscripción.
Al establecer elecciones por sectores de la población quiere decir que no todos pueden postularse, pulverizando el principio constitucional, republicano y democrático de la universalidad del voto; por ejemplo, un líder de la economía informal que agrupe a buhoneros, taxistas, autoempleados, etc., no tiene sector reconocido en esas bases por el cual pueda postularse. Adicionalmente, la sectorización acaba con una garantía fundamental del cualquier sistema electoral democrático: la auditabilidad de su registro electoral. No se puede auditar lo que no se conoce. El registro electoral venezolano está publicado y es descargable íntegro de la web del CNE. Los integrantes de los sectores solo los tiene el interesado en sustituir la Constitución Bolivariana. ¿Quién conoce el registro de pescadores, cultores, campesinos o personas con discapacidad? Ni siquiera el CNE puede auditar eso. Una elección así es, por lo menos, sospechosa. ¿Cómo puede generar paz y aceptación una constituyente electa de esta forma? No mencionaré ni siquiera el ventajismo brutal que consiste en la sobrerrepresentación de los municipios donde el gobierno tradicionalmente ha ganado y la brutal subrepresentación de los municipios con mayor población donde el gobierno pierde abrumadoramente.
Muy vergonzoso para el funcionariado electoral institucional que la mayoría de sus máximas autoridades avale esta grosera manipulación del sagrado acto de expresión de la voluntad popular.
Pero el problema de las bases no termina allí, además de ser originadas en la usurpación, generar una elección inauditable y ser escandalosamente ventajista, esas bases son espantosas no solo por lo que dicen, sino sobre todo por lo que no dicen:
No dicen durante cuánto tiempo existirá la ANC, con lo cual pueden convertirla en el sueño totalitario de un suprapoder permanente que cancele la separación republicana de poderes. Apoyándose en el 349 de Constitución Bolivariana que impide que el poder constituido (por ejemplo la AN o la Fiscalía) se opongan a los designios de la constituyente, el presidente NM, quien ya vimos que da órdenes a la ANC, puede utilizarla para someter a su veredicto deificado cuanto capricho se le ocurra sin ninguna instancia institucional tenga la competencia, ya no la voluntad, de oponerse.
Lo otro que no dicen las bases de Maduro es que el producto final (cuando lo tengamos, si es que lo llegamos a tener), esto es, la nueva constitución que sustituye a la Bolivariana, deba ser aprobado por el pueblo en referendo. Es decir, las 500 y pico de personas que serán designadas “electoralmente” como constituyentes podrán transformar el Estado, cambiar nuestro modo de vida, crear las nuevas reglas de la nación sin que el pueblo pueda decir ni pío. Ya el pueblo no cuenta.
En estas bases lo no dicho es lo peor, y no se dice con intención
Maduro convocó el final de la V República. Que nació, nos guste o no, del voto popular. Nació en elecciones, la matan por decreto
Y quiere que sea un llamado para la paz. Presidente, piénselo otra vez.