Unas bases comiciales amañadas sobre argumentos falaces, es lo que hoy sustenta la mayor estafa electoral de la historia. Por lo general los sistemas electorales son imperfectos, esto quiere decir que la proporcionalidad del voto en cuanto a escaños siempre tiene un desnivel y cada método desarrollado para poder solventar estos desniveles o desproporcionalidades tienden a cerrar las brechas, pero en Venezuela se crean métodos para lograr lo contrario.
Ya desde hace tiempo nuestro sistema electoral sobrerepresenta a las mayorías, y en algunos casos, la adecuación de los circuitos electorales a conveniencia del partido de gobierno ha conducido a que pueda obtener una mayor cantidad de escaños con una pequeña porción de votos, sin embargo, esta técnica se les revirtió en la última elección a la Asamblea Nacional, porque sólo podía aplicarse esta fórmula cuando existían brechas relativamente estrechas entre los factores polarizados.
Pero hoy la realidad es otra. Con la convocatoria a la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, hoy el gobierno pretende tener la mayoría de los escaños (55%) con el 25% de los votos. Entre inequidades en la sustitución de la base poblacional por escaños a partir de la cantidad de municipios, no importando su densidad poblacional, y con la sectorización del voto, que permitirá que los más proclives al gobierno tengan más cantidad de escaños que escoger, la estafa está servida.
Ya no sólo se conformaron con violar la Constitución al no convocar un Referendo Consultivo para aprobar ir a una ANC y refrendar las bases comiciales, sino que incluso hoy además de unas bases comiciales viciadas, se deja entrever la duda de si la ANC necesitará un referendo para aprobar la nueva Constitución.
Pero será inevitable que las fuerzas honestas de este país y que la izquierda democrática siga rompiendo filas con esta flagrante e injustificable violación de la Constitución de 1999, esa que ellos, los que hoy gobiernan, se jactaban al decir que era la mejor del mundo.
La reinstitucionalización del país será imposible detener, porque el hambre y la mengua no podrá ser distraída por una ANC que se afirma como la solución a todos los problemas, mientras nuestros niños mueren por falta de insulina y nuestros adultos mayores por no tener su pastilla de la tensión.
Aporrea