Por Alfredo Michelena
Maduro nos hizo un favor a los demócratas venezolanos al hacer patente al mundo, de manera clara, la concepción chavista del poder cuando, en desafío a la mayoría de los miembros, se autoproclamó presidente pro tempore del Mercosur. Ahora Mercosur, como Venezuela, tiene un presidente que nadie quiere, que para la mayoría es espurio, y que no sigue la normativa constitucional… del bloque en este caso. Ahora entenderán cómo nos sentimos y a que nos enfrentamos en Venezuela.
Tenemos la presidencia y “la vamos a ejercer plenamente”, sentenció Maduro. Luego, como es costumbre, vino la retahíla de insultos, vejaciones y retos de quien se cree todo poderoso. Entonces calificó a los gobiernos de Brasil, Paraguay y Argentina como la “triple alianza de torturadores de Suramérica” y declaró como enemigos” a ”la oligarquía paraguaya, corrupta y narcotraficante, al demacrado Macri de Argentina, fracasado, repudiado por su pueblo. Y … a la dictadura impuesta en Brasil”. Y los retó: vamos a ver “quién puede más”, “cómo termina esta batalla histórica”.
Recordemos la manera grotesca como entró Venezuela a ser miembro pleno. Otra “tripe alianza” -muy parecida a la original- suspendió a Paraguay del Mercosur por el “impeachmen” de Lugo y metieron a Venezuela por la puerta de atrás. Ahora los nuevos gobiernos se han dado cuenta de que la Venezuela chavista no ha cumplido con sus obligaciones legales y económicas por lo que no lo quieren como presidente del mercado común. Pero algunos evitan el tema democracia.
Para ellos, actualmente, no hay presidente de Mercosur. El chavismo insiste en que no hay “vacío de poder” -¿lo recuerdan?- y se autoproclamaron -luego critican a Carmona.
Como en Venezuela, Maduro no está dispuesto a dejar la presidencia aunque sea pro tempore. Entonces, apoyado tímidamente por Uruguay se enfrenta a la mayoría de los miembros. Como allá no hay revocatorio y les da miedo aplicarle la “cláusula democrática”, la única salida es la negociación. Pero Maduro ya lo dejó muy claro: Nada de negociaciones. “Los vamos a enfrentar y a derrotar”, dijo. Aquí si hablan de negociación pero para quedar bien internacionalmente y retrasar el revocatorio y hacerlo inútil.
Si los sureños -y el mundo- no entendían nuestro padecer ahora lo tienen claro porque lo sufren. Para el Régimen dejar, ceder o compartir el poder no es un hecho normal en democracia sino una derrota a “la revolución”, y en eso se les va la vida… y la de nosotros. ¡Ojo, mercosureños!, al régimen no le importa acabar con Mercosur así como está haciendo con Venezuela.