María Parra – Es difícil no llenarse de impotencia como venezolano al ver como al menos 20 efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana se lanzaron contra una mujer que solo tenía como arma entre sus manos la bandera del país por el que lucha.
Ya no hay palabras
Los venezolanos en general ya no encuentran palabras para lograr describir o narrar el espanto que se vive diariamente en el país, los adjetivos como “atroz, brutal, terrible, espantoso” son tan repetitivos que incluso un idioma tan rico como el español comienza a verse acosado al quedarse sin otros calificativos que logren describir estos actos.
Ayer los ciudadanos fueron testigos, de forma presencial o a través de las redes sociales y medios digitales, de una imagen que puede servir para describir el horror que como nación nos acontece, la terrible realidad que sufrimos y que pareciera vencer a quienes luchan por la libertad.
Una mujer armada solo con la bandera del país que ama fue tirada al piso y pisoteada, el funcionario pareciera posar con superioridad a la cámara pero no lo logra, debajo de él, de la suela de su bota, se encuentra la mirada de una venezolana aguerrida que aunque está en el piso su temple es más firme que la de cualquiera de los funcionarios presentes.
Levantándose con una fuerza que no puede describirse, solo que aquellos que han sido reprimidos en las marchas conocen, la dama de la fotografía fue captada siendo rodeada por al menos 20 funcionarios de la GNB completamente armados y a pesar de todo lo que resalta no es la fuerza de los mismos, sino la voluntad de ella para seguir de pie.
Un reflejo vil
Es imposible para los venezolanos no verse reflejados en este hecho, pensar que como ciudadanos han sido pisoteados vilmente una y otra vez por un gobierno que parece burlarse de sus desgracias y que no duda en atacar por la espalda.
Pero así como se ha sido pisoteado también el pueblo se ha levantado, ante las agresiones ha surgido un temple de acero inquebrantable que no le tiembla el pulso para levantarse otra vez. Al final el grito de los bárbaros no puede silenciar a la libertad, ya no hay lógica que valga en esta lucha, todo razonamiento del venezolano ha sido programado para seguir adelante, como el de esta joven, como el de todos.
Esta imagen escupe verdades auténticas de una pesadilla de cualquier defensor de los derechos humanos, deja claro que a Venezuela le gobierna el horror, pero también da a entender claramente que ya no es el mismo país de antes, aquel que comparaban con la mujer que se dejaba maltratar, si bien las atrocidades continúan y se han intensificado, el Gloria al Bravo Pueblo está más vivo que nunca, por eso hoy en toda Venezuela somos ella, la mujer pisoteada por la GNB que se volvió a poner de pie.