Para estar informado de los “éxitos” de los CLAP, leímos la revista que encartan sus directivos en uno de los periódicos oficialistas. Quisimos saber la razón de las protestas por la hambruna que padecemos y la encontramos sin dificultad: lo que ahorran en explicaciones sobre la distribución de alimentos en los sectores populares, lo malgastan en una publicidad sin pies ni cabeza sobre los beneficios de la constituyente espuria que ha convocado Maduro.
Veremos ahora unos ejemplos tomados del mensaje que incluye la revista de los CLAP para la aclamación del engendro madurista. Vale la pena citarlos textualmente, para que no queden dudas sobre la vaciedad y la necedad de sus contenidos.
Dice la propaganda: “La constituyente será el gran centro de los saberes y vida política de la nación”. ¿Centro de los saberes? Nadie sabe cómo puede la oscuridad ofrecer aportes para el entendimiento de la vida, tal como señala el fragmento, pero no duda en asegurarlo. Nunca la luz ha brotado de la oscuridad, pero un organismo que ni siquiera puede repartir bolsas escuálidas de comida tiene la desfachatez de hacer un pregón con semejante absurdo. Uno de los regímenes más lóbregos que ha dominado a la sociedad anuncia la creación de un “centro de saberes”, que será como una especie de médula de la actividad política. ¿Qué tal?
Pero no se planta en este “milagro” la revista de los CLAP, debido a que también se atreve a escribir: “Debemos buscar la cultura de la palabra, que sea capaz de establecer conversaciones y encontrar soluciones. La constituyente permitirá avanzar hacia la paz y la justicia”. Un régimen dictatorial que solo admite y propaga el sonido de sus vocablos, que se solaza en oírse todos los días sin dar importancia a lo que piense y diga el pueblo venezolano, que es su interlocutor; que impone la voz de un aventurero con un mazo en la mano para que solo se oiga el parecer del régimen mientras humilla a quienes todavía tienen paciencia para escucharlo, se escuda ahora en la “cultura de la palabra”. ¿Qué tal?
Veamos ahora los motivos de estas patrañas mayúsculas: “La constituyente va a cambiar todo lo que tenga que ser cambiado para renovar la revolución, para hacer una nueva revolución”. De eso se trata: de profundizar la hegemonía de los rojos-rojitos partiendo de falsedades como las que se han copiado, de afirmaciones huecas que no encuentran, bajo ningún respecto, apoyo en la realidad. La realidad las desmiente, las pone en evidencia, pero sirven para el empeño de prolongar la agonía de Venezuela partiendo del continuismo de la dictadura.
Pero, para que puedan controlar su asombro los lectores, para finalizar anotamos la nómina de los individuos que forman el comité editorial de la revista de los CLAP. Son ellos: Nicolás Maduro Moros, Freddy Bernal, Vladimir Padrino López, Érika Farías, William Castro Soteldo y Tania Díaz. ¿Se puede esperar algo distinto de un elenco como este? Y, además, valdría la pena averiguar quién fue el genio que se ganó esos reales con una revista innecesaria.