(A Todo Momento) — Los timbres fiscales, en el casco central de Barquisimeto, son realmente difíciles de conseguir, lo que ocasiona retrasos en gestiones y documentos. Reseñó, El Impulso
Las estampillas, necesarias para la tramitación de documentos en notarías y registros, han presentado fallas durante todo el año, pero aseguran los expendedores, que la falla se ha acentuado luego del cambio de poderes en la Gobernación del estado Lara.
Lea también: Ponche crema se aleja cada vez más de la mesa venezolana
En los locales explican que para comercializar los timbres fiscales se debe tener una licencia que emite el Servicio Autónomo de Administración Tributaria del estado Lara (SAATEL). Luego de la instalación de la gobernadora Carmen Meléndez, hubo nuevas directrices en este ente y una de ellas fue la regulación de la cantidad de estampillas que se podían adquirir.
Testimonio
Oscar Borromé, con licencia para expender timbres fiscales desde hace 25 años, manifestó que el margen de ganancia de las estampillas es muy bajo y el nuevo límite de compra no deja suficientes ganancias por lo que en los últimos meses, ha dejado de vender.
-Ahora regularon las ventas y sólo permiten la compra de 120 mil bolívares en estampillas, cada tres días, como a eso se le gana el 10 por ciento, sólo me gano 12 mil bolívares, pero tengo que perder un día en el banco para pagarle a SAATEL y luego ir a retirarlas, ya no es negocio.
Indica que el pago de las estampillas debe hacerse en efectivo ante el banco Provincial, y como los billetes están escasos, tendría que pagar por conseguir el efectivo, otro punto en contra para adquirir esta “mercancía”.
Anteriormente, Borromé podía adquirir hasta un millón de bolívares en timbres fiscales, que le servían para abastecerse al menos tres semanas, ya que su comercio está ubicado justo frente a la Plaza Bolívar, epicentro de registros (principal, inmobiliario y mercantil).
Esta regulación en la compra de timbres fiscales, presuntamente vino porque sorpresivamente los “bachaqueros”, al considerar la alta demanda, también encontraron un negocio en la reventa ilícita de los timbres, a precios muy por encima de los establecidos.