(A Todo Momento) — El Observatorio de derechos indígenas Kapé Kapé está alarmado ante el fallecimiento, en solo una semana, de cuatro niños indígenas, varios de la comunidad Jivi, ubicada al sur de Venezuela en el estado Amazonas y de los cuales apenas quedaban 20.020 según el último censo del Instituto Nacional de Estadística de 2011.
Por Sebastiana Barráez | Infobae
El licenciado Simeón Rojas, uno de los investigadores del observatorio mencionado, confirmó la información. “La mortalidad de niños indígenas se ha vuelto recurrente en Amazonas. Uno de los elementos es la desnutrición en las comunidades indígenas y no hay capacidad de las instituciones del Estado para responder esos casos. Tampoco hay campañas de promoción de salud y prevención en comunidades indígenas”.
El primer infante falleció el viernes 18 de octubre. Según la investigación de Kapé Kapé, se trató de una niña de 7 años de edad, habitante del sector Algodonera 1, en la población de Puerto Páez, municipio Pedro Camejo del estado Apure. “Según el parte médico, murió por insuficiencia respiratoria. De acuerdo con información adicional, la niña también presentaba un estado evidente de desnutrición”, reseña el Observatorio.
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El lunes 21 de octubre murieron tres niños más. Uno de los pequeños del pueblo Jivi apenas tenía cinco meses de edad. “Falleció por cardiopatía congénita. Él era habitante de la comunidad Econaiwa, parroquia Platanillal del municipio Atures, capital del estado Amazonas”.
Ese mismo día también falleció un niño de tres años, del pueblo Baniva. “Le diagnosticaron intoxicación por planta e insuficiencia respiratoria, esa fue la causa de muerte”. Él habitaba el sector Ojo de Agua, un asentamiento ubicado en la entrada de Puerto Ayacucho.
El último de los infantes muertos es un niño de dos años del pueblo Jivi, habitante de la comunidad La Danta. “Presentó síndrome diarreico agudo. En consulta realizada por Kapé Kapé a un profesional de la medicina señaló que para que un niño fallezca por esa causa probablemente presentaba también desnutrición”.
Kapé Kapé, que significa en pemón “vuelo de aves y mariposas”, en alusión a la libertad, es una organización que se ocupa de la identificación y abordaje de las necesidades más urgentes de las comunidades indígenas: Jivis, Yekuanas, Pemón, Piaroas y Warao, entre otros existentes en el territorio venezolano.
Para el Observatorio se evidencia, con las muertes de esos niños, “la falta de atención primaria en comunidades indígenas, ocasionada por la ausencia de personal especializado y de equipamiento e insumos en los ambulatorios”.
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Destacan que el problema se agrava por “la falta de actividades de promoción de salud en las comunidades. No hay quien ofrezca consejos sobre medidas de prevención para sanear el agua para tomar y cocinar, sobre el lavado de manos, el control de las mujeres embarazadas y sobre la lactancia materna”.
Eso, a juicio de Kapé Kapé, contribuye a la ocurrencia de casos que comprometen y acaban con la vida de niños indígenas, por lo que solicitan del Estado y cualquier ente asistencial tomar medidas pertinentes.
No hay médicos
En el ambulatorio que hay en la comunidad indígena Jivi de Rueda, parroquia Platanillal, municipio Átures, no hay médico desde hace tres años, reveló el Observatorio cuando hablaron con Wilmer Rodríguez, quien es líder y profesor en esa comunidad. “Solamente tienen un enfermero porque es habitante de la comunidad y no cuentan con ningún tipo de insumo, ni medicamentos para atender a los pacientes enfermos de su zona”, porque desde hace cuatro años el ambulatorio no recibe dotación. Cuando se requiere asistencia médica deben llamar a la capital del estado, Puerto Ayacucho, para que envíen la ambulancia o los habitantes se las ingenian para trasladar al paciente.
En el caso del municipio Autana, las comunidades indígenas del eje Samariapo-Morganito, no cuentan con ambulatorio, por lo que ante una emergencia se traslada al ambulatorio de Samariapo o Isla de Ratón. La otra opción es ir hasta la comunidad Campo Florido, pero no hay médico.
Kapé Kapé asegura que el Director Regional de Salud de Amazonas, José Ramón Moreno, reconoció que la crisis económica provocó el “desmantelamiento” del sistema de salud, pues el personal que atendía los ambulatorios se fue para otros países.
Estudio de salud 2019
El Informe de Salud y Enfermedades Endémicas en Comunidades Indígenas 2019 que hizo Kapé Kapé, tuvo como equipo investigador a Henry Gómez, Higinio Montiel, Ítalo Pizarro, José Naveda, Melquiadez Ávila y Simeón Rojas. Ahí, revelan que “la desnutrición infantil, la mortalidad de niños a causa de ésta última, las enfermedades virales y de la piel, la creciente contaminación ambiental en estos territorios, son aspectos que no solo colocan en riesgo la vida de los habitantes de los pueblos indígenas, además amenazan la vida de etnias que son parte fundamental de nuestra historia y patrimonio cultural”.
Destacan el “progresivo aumento y propagación de enfermedades endémicas”, entre ellas la malaria, una de las que causa mayor preocupación. “Esta enfermedad, presente específicamente en los estados del sur, ha tenido como causa principal la propagación de la minería ilegal del Oro, pues la extracción de dicho mineral debajo del monte tropical y el continuo contacto de los mineros con depósitos de agua contaminados constituyen el espacio ideal para la reproducción de mosquitos, y el consecuente contagio de la enfermedad”.
Muchos de los indígenas que han migrado de sus territorios hacia las minas, en busca de mejores fuentes de ingresos, han contraído malaria. “Otras de las enfermedades que hoy son fuente de preocupación en las comunidades indígenas, son las de tipo digestivo, enfermedades de la piel, la desnutrición, entre otras, las cuales han sido producto de la imperante contaminación que existe en los territorios indígenas”.