María Parra – Durante el foro La crisis tweet a tweet en El Nacional, la ponente Susana Raffali, nutricionista y asesora de Cáritas de Venezuela, informó que en Venezuela actualmente no hay una crisis, sino una emergencia alimentaria; puesto que esta ya no puede ser manejada por el Estado y es necesaria la ayuda internacional.
Entre los datos presentados por Cáritas, se revela que el estado Zulia presenta los peores indicadores, debido a que superan los límites de lo que es considerado una emergencia alimentaria, con 16% de desnutrición grave; y Miranda y Vargas cruzaron la frontera de la crisis con 12,7% y 14,3% de desnutrición severa, respectivamente.
La situación empeora
En los resultados del monitoreo realizado entre abril y agosto, el informe publicado por Cáritas informa que ha empeorado la situación nutricional en menores de 5 años; indicando que Miranda y Vargas superan los umbrales de severidad que definen una crisis.
El monitoreo fue realizado en 32 parroquias de Distrito Capital, Miranda, Vargas y Zulia, que reúnen a 10.194.000 habitantes.
La organización informó que 68% de los niños evaluados por ellos presentaba malnutrición, mientras que hace cuatro meses la cifra era de un 54%. En los estados antes mencionados, al menos 14,5% de los menores de 5 años padecen desnutrición moderada y severa, indicador que se ubicaba en 11% en el mes de abril.
21% de los atendidos tienen desnutrición leve, 32,5% están en riesgo de desnutrición y han comenzado a deteriorarse; solo un tercio de los evaluados no presentaron déficit nutricional.
Estrategias ante la desesperación
Susana informó que dentro de los grupos familiares, en comparación a septiembre de 2016; un 85% de los grupos familiares encuestados se encuentran aplicando estrategias de adaptación debido a la escasez de alimentos, es decir: optar por otro tipo de alimentos, rendir comidas mezclando ingredientes que antes no se utilizaban, entre otros.
Un 85% afirmó haber realizado lo que se conoce como estrategias en crisis: sacar alimentos importantes de las comidas, dejar de comer alguna comida en particular, pasar incluso muchas horas sin ingerir los nutrientes que se necesitan.
Un 42% afirma haber tomado medida más extremadas, las estrategias de emergencia, llegando a vender activos (joyas, electrodomésticos, vehículos) para así poder comprar comida; algunos padres incluso dejan a sus hijos a cuidado de otros familiares para ir a trabajar a otro estado o la frontera para poder traer el dinero necesario para abastecer sus cocinas.
“No hay país que aguante una crisis de salud y alimentaria juntas”,advirtió Susana, afirmando que Venezuela vive ambas y que en el país se presentan todos los factores agravantes ante una crisis.
Lo trágico se vuelve normal
La ponente relató que en las maternidades las enfermeras ya no colocan “bajo peso al nacer” cuando un bebé nace con tan solo 2,3 kilos, indicó que ya no lo registran de esa manera porque en la instalación médica ya es considerado “normal” cuando no lo es.
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