(A Todo Momento) — Miguel Henrique Otero, presidente editor de El Nacional, fue entrevistado en el periódico Actuall para explicar cuál es el panorama en Venezuela y un posible futuro.
“Esta elección es la más fraudulenta de todas”
Miguel Henrique Otero, presidente editor de El Nacional, se encuentra desde hace tres años viviendo exiliado en Madrid. Anteriormente vivió en Miami, en Estados Unidos. Desde el otro lado del charco dirige uno de los pocos medios de comunicación independientes de Venezuela.
-Todo indica que las recién convocadas elecciones presidenciales no son sino un intento de Maduro de perpetuarse en el poder ¿servirán para algo?
-Servirán para cumplir la función de “legitimarse” porque ya no se puede legitimar con ese tipo de elecciones, pero ellos quieren vender ante el mundo que es una democracia porque hacen elecciones. Al principio las ganaban. Estoy hablando de todo el tiempo desde Chávez. Pero en lo que empezaron a perderlas, las convirtieron en unos procesos fraudulentos. Y esta elección es la más fraudulenta de todas porque ni siquiera está convocada por el Consejo Nacional Electoral sino que es una fecha elegida por la Asamblea Nacional Constituyente que es ya una institución ilegítima.
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Además, los partidos de la oposición están inhabilitados, la mitad de los candidatos están inhabilitados, no hay tiempo para reconstruir el registro electoral permanente. Todos los vicios de todas las elecciones los duplica y además cuatro millones de venezolanos que están en el exterior no van a poder votar, porque esos son opositores la mayoría y es el 15% de la población. Ellos no van a poder votar.
-¿Fue una sorpresa para la oposición y la gente que está en el exilio o ya había señales que podían indicar que Maduro en un momento dado iba a adelantar las elecciones?
-Ellos tienen un sistema que han creado, que es el del diálogo y cuyo facilitador es Rodríguez Zapatero que termina actuando bajo las órdenes de Maduro en la práctica. Y con eso han ganado tiempo y han engañado a mucha gente. Uno de los objetivos del diálogo era establecer una fecha de elecciones presidenciales y negociar las condiciones etc.
Pero Maduro se dio cuenta de que este año va a ser terrible para él. Porque ya no es el problema de todo lo que sabemos sino que ahora hay hiperinflación. La hiperinflación es algo devastador desde el punto de vista político.
Varios miembros de la oposición, las caras más conocidas como Leopoldo López o Henrique Capriles no pueden presentarse. Se habla de que quizás Lorenzo Mendoza podría ser uno de los rostros que aglutinara a la oposición. ¿Cree que puede haber algún rostro representativo?
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No hay nadie en su sano juicio que crea que lanzándose como candidato va a ganar. Lorenzo Mendoza es una figura muy importante y tiene mucha credibilidad en la gente que lo impulsa pero él no va a ser candidato. Eso no existe como posibilidad. Venezuela ha vivido un proceso en el que el régimen ha triturado el liderazgo. Hay muchos líderes y poco liderazgo.
La gente busca una figura y entonces aparece Lorenzo Mendoza, pero no es Lorenzo Mendoza que hace política, es la gente la que lo toma.
-¿Qué pueden hacer los venezolanos que están fuera del país, en el exilio? ¿Tienen algún mecanismo para que cambie algo dentro del país?
-Los venezolanos en el exilio son muy importantes porque es una reserva que está ahí. Pero lo más que pueden hacer es denunciar aquello, manifestarse; en fin, organizarse para convencer a mucha gente; porque hay mucha gente que todavía tiene la imagen aquella de Chávez como el reivindicador de los sectores populares. Eso realmente prendió.
Hace 4 o 5 años, y eso lo digo porque yo visité 14 parlamentos del mundo y salvando a los conservadores y los liberales, los demás partidos –socialistas, la izquierda- ellos veían a Chávez como alguien que había beneficiado a unos sectores populares que nunca habían tenido ninguna ventaja. Chávez lo que hizo fue aprovechar el aumento de los precios del petróleo, un aumento brutal; él tomó ese ingreso y lo repartió, lo regaló. Pero eso estuvo acompañado de la destrucción y el desmantelamiento del sector productivo porque lo nacionalizó, lo expropió y no creó un sector productivo alterno.
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Mientras los precios del petróleo subían la gente tenía más beneficios. El mundo entero reconoció este reparto como una gran cosa. Incluso la FAO le dio un premio a Venezuela. Pero cuando bajaron los precios del petróleo, entonces no había cómo repartir, pero no había sector productivo nacional, todo se convirtió en importaciones. Y no hay dinero para importar.
Entonces estamos viendo lo que está pasando. Un país sin producción, desmantelado desde el punto de vista productivo que tiene menos divisas para importar alimentos básicos y cuya penuria es gigantesca.
-Ha habido una gran represión con cientos de fallecidos… En Venezuela fallecieron el año pasado 30.000 personas por actos violentos. ¿Está cambiando algo en la sociedad?
-Las cifras que muestra Venezuela el año pasado son terribles. Murieron 150 personas asesinadas por el régimen. Uno de los instrumentos que ellos manejan es el terror. Es un esquema que les viene de Cuba.
Ellos utilizan el terror como un arma monumental. Los ejemplos más claros son el del famoso juicio de la jueza Afiuni que libró a alguien que Chávez no quería que liberara porque no tenía pruebas y la metieron en la cárcel, la torturaron y la violaron. Terrible. Todo el sistema judicial se aterrorizó.
Después con los estudiantes se desató una represión brutal. Mataron a un estudiante por estado para que en cada estado los estudiantes vieran que pueden matar y aterrorizar a los padres, porque también reprimían a los padres. Entonces el terror fue un mecanismo para silenciar las protestas.
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El terror, y que la oposición cayó en las elecciones, pero también porque los aterrorizaron. Y ahora con este caso del aviador, de Óscar Pérez, que lo ajusticiaron y lo mataron, es un mensaje a los militares: “Si ustedes se alzan nosotros los vamos a matar como matamos a Óscar Pérez”.
El terror es una política de Estado muy bien definida y Venezuela es un país aterrorizado. Ya hay terror. Todo el mundo te dice: “¿Por qué no sale todo el mundo a la calle y protesta?”. Es que el miedo… Se entiende lo que está pasando. Yo no creo que eso signifique que no va a pasar nada.
Yo creo que están pasando muchas cosas porque ahora Maduro se enfrenta económicamente, no solo al tema de la penuria y el desabastecimiento, sino a la hiperinflación. Los precios se duplican en dos semanas. Una cosa que es inconcebible en el siglo XXI. No hay ningún país del mundo en el que suceda eso. Es lo que pasaba con Mugabe.
-El Nacional publicaba que en el país existen unos 350 presos políticos… ¿cree que serán liberados algún día?
-Es que hay una estructura. Por ejemplo, había 300 presos políticos pero con estas cosas de las protestas por comida y los saqueos ahora hay 600. “Esos son delincuentes”, dirán algunos. No, esos son también presos políticos. Porque son líderes de barrio.
Cuando Obama logró que Cuba soltara a 20 presos. Los soltaron y todo el mundo hizo una fiesta. Al mes había 40 más. En estos momentos en Venezuela hay más de 600 presos políticos incluyendo todos estos últimos de las protestas y del entorno de Óscar Pérez. Y además con una represión y unas torturas espantosas.
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15% de los niños menores de 15 años están desnutridos, y se estima que 280.000 niños morirán por desnutrición en 2018… ¿a qué espera una población hambrienta para rebelarse?
Esa es la alarma de Cáritas y de los organismos internacionales. Ellos creen que pueden morir 200.000 o 300.000 niños por desnutrición y a eso hay que sumarle que el promedio de peso del venezolano en los últimos 18 meses ha bajado 8 kilos porque no tienen qué comer.
-Su apoyo es la gente más necesitada. ¿Por qué no se levantan las clases populares?
-Ellos no solamente empobrecen a la gente sino que además los convierten en ignorantes, les lavan el cerebro; no hay medios de comunicación, no hay medios de comunicación masivos que tengan un discurso alternativo.
Son muy represivos con la gente que está dando mensajes distintos. Además tienen estas cajas de comida, que llaman CLAP, que se las dan a la gente por un precio muy bajo y que usan políticamente. La gente siente que le han dado algo importante y no le echa la culpa al régimen de las penurias, porque el régimen le dio un CLAP.
Es un modelo cubano. Eso lo usaron los cubanos en África. Utilizan el CLAP para lograr atar a la gente psicológicamente y mantener cierto porcentaje de gente con ellos. Son los más pobres, que no tienen ninguna conciencia de nada pero sienten que el Gobierno les está dando algo con el CLAP y esos son los votos que tienen.
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¿Ese enfrentamiento conlleva un beneficio para el pueblo o es cambiar una cara por la otra?
Es “echo a Maduro para ponerme yo”. Pero dentro de las estructuras del partido. Y Maduro tiene el control. Es la típica purga comunista. Es la típica purga de Stalin. Stalin fusilaba. Maduro no puede hacer eso y lo que hace es introducirles demandas por corrupción.
En Venezuela la corrupción es una política de Estado. Todo el mundo tiene un expediente de corrupción. Los sueldos son ridículos. Un ministro gana 20 dólares al mes. El objetivo es que puedan robar para mantenerse, pero eso va acompañado del expediente. Hay pruebas de corrupción del 95% de los empleados públicos, de los altos funcionarios.
-Uno puede pensar que el Ejército está bien pagado y por eso se mantiene fiel a Maduro. Pero no tienen un gran salario. ¿Por qué el Ejército sigue a su lado?
-Venezuela tiene más generales que toda la OTAN junta. Esa fue una manera de desmembrar a las Fuerzas Armadas Venezolanas. Y dentro de toda esa oficialidad hay una buena parte que está metida en el narcotráfico y en cargos públicos. Como la corrupción es política de Estado, a un coronel lo ponen a dirigir un instituto, una aduana y simplemente roba y vive bien con lo que está robando.
Quedan los oficiales, los oficiales de carrera, los oficiales que tiene conciencia, los oficiales demócratas, que son los que tienen la tropa. ¿Pero cuánto gana un oficial de esos? Gana una miseria.
¿Ese enfrentamiento conlleva un beneficio para el pueblo o es cambiar una cara por la otra?
Es “echo a Maduro para ponerme yo”. Pero dentro de las estructuras del partido. Y Maduro tiene el control. Es la típica purga comunista. Es la típica purga de Stalin. Stalin fusilaba. Maduro no puede hacer eso y lo que hace es introducirles demandas por corrupción.
En Venezuela la corrupción es una política de Estado. Todo el mundo tiene un expediente de corrupción. Los sueldos son ridículos. Un ministro gana 20 dólares al mes. El objetivo es que puedan robar para mantenerse, pero eso va acompañado del expediente. Hay pruebas de corrupción del 95% de los empleados públicos, de los altos funcionarios.
Uno puede pensar que el Ejército está bien pagado y por eso se mantiene fiel a Maduro. Pero no tienen un gran salario. ¿Por qué el Ejército sigue a su lado?
El ingreso principal neto de divisas en Venezuela antes era el petróleo, que era la fuente fundamental y nadie lo alcanzaba: se producía hierro, cosas, pero el narcotráfico no existía. Hoy en día ese ingreso neto de divisas de petróleo compite con los ingresos del narcotráfico, que lo dirige el Gobierno, y las remesas de los venezolanos que viven fuera.
-Timochenko acaba de anunciar que se presenta a las elecciones de Colombia, ¿cómo va a afectar todo eso a Venezuela?
-Yo espero que Timochenko no gane las elecciones, que no tenga ningún chance. Si gana la izquierda en Colombia -vamos a ver si gana Petro o algo así- será un problema grande no solo para Venezuela sino para el resto del continente. Pero esta gente tiene recursos infinitos porque las FARC y el ELN controlan seis estados en Colombia.
Es un problema grave que descuidaron porque el objetivo era lograr la paz en Colombia. Y de eso habría que culpar a la Administración Obama. La paz en Colombia no tuvo en cuenta la situación de los guerrilleros colombianos en Venezuela. Con el desarme de la guerrilla hubo una gran fiesta. Pero ¿y las armas que están en Venezuela? Esas no las tomaron en cuenta. El proceso de paz es solo en Colombia, pero la mitad de los guerrilleros están en Venezuela y protegidos por las autoridades.
-¿Qué papel debe jugar Estados Unidos? Históricamente Estados Unidos ha intervenido en conflictos en Iberoamérica y uno podría pensar que sería bueno que no hubiera solo sanciones económicas sino incluso una intervención militar.
-La Administración Obama fue terrible para Venezuela porque ellos tenían como objetivo la paz en Colombia y la apertura en Cuba, y para mí no lograron ninguno de los dos objetivos pero sí lograron que Maduro se perpetuara. Todo lo hacían con Venezuela como facilitador y Venezuela no es facilitador, sino que es parte de todo ese proceso. Fue una ingenuidad considerar a Venezuela como facilitador. Venezuela lo que hizo fue aprovecharse. El chavismo se aprovechó de estos dos procesos.
Con Trump cambia la cosa. Porque Trump sí tiene una línea más consistente. Trump dijo un día: “Hasta podemos utilizar la fuerza militar con lo de Venezuela”. Eso era un mensaje. No va a utilizar la fuerza. Eso ilusionó a mucha gente; pensaron que venía el Día D, el desembarco de Normandía. Eso no va a ocurrir nunca.
Trump ha sido muy firme. Ha nombrado a militares para ocuparse del tema de Venezuela y Shannon, que era el operador más importante de la política de Obama, vino a España y fue un factor para que pusieran sanciones individuales a estos personajes del régimen. Los Estados Unidos están trabajando en las sanciones, en fortalecer alianzas.
Hay un trabajo que están haciendo los americanos junto con la Unión Europea y con algunos países latinoamericanos que constituyen un mecanismo de aislamiento y de posible apoyo a la salida del régimen.
¿Qué implica la expulsión del embajador de España? Maduro lo justifica por las sanciones impuestas por la UE, sin embargo sólo ha expulsado al embajador español.
Mucha gente dice: “Las sanciones no sirven de nada”. Pero las sanciones no sirven si sólo las hacen los Estados Unidos. Pero si las hace Estados Unidos y Europa, muchos de los jefes bolivarianos tienen intereses en Europa, tienen sus cuentas aquí. Tienen propiedades aquí.
Entonces fueron contra el embajador, fueron contra España y contra el embajador. Es la primera vez que expulsan a un embajador español en 50 años.
-¿El ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero ha sido un acólito de Maduro?
-Zapatero en el tema del diálogo, le ha dado oxígeno a Maduro. Y quien ha motorizado ese diálogo desde el primer día ha sido Zapatero. Uno puede pensar que Zapatero es un hombre equivocado o que Zapatero es un hombre que actúa para Maduro. Porque en la práctica lo que ha logrado es eso. Que Maduro gane tiempo y retrase cualquier proceso.
–¿No es una tarea titánica dirigir un periódico perseguido como El Nacional?
-Es complicadísimo porque en Venezuela la libertad de expresión casi no existe. Todos los medios audiovisuales están controlados por el Estado y los periódicos independientes, salvo el nuestro, hoy en día son todos páginas web porque no hay manera de obtener insumo de papel de una manera racional. Nosotros hemos sobrevivido gracias a que el periódico El Continente nos ha dado papel y hemos podido sobrevivir con una circulación limitada y ese tipo de cosas.
Pero además de eso lo que ellos hacen desde el punto represivo, porque allí no hay censura previa, allí hay retaliación (represalia) posterior. Todo es dictadura postmoderna. Ellos dejan que tú publiques pero te ponen medidas. Yo estoy fuera del país porque tengo medidas. Todo el Consejo editorial, toda la junta directiva está fuera del país con medidas. Los ataques de los colectivos violentos al periódico son constantes, las campañas de difamación a los que están en el periódico, a mi persona, a la junta directiva, a los periodistas…son campañas a través de sus medios, a través de las redes.
-Titular esa portada “La democracia vuelve a Venezuela” ¿es un sueño realizable?
-Yo creo que va a ser más pronto que tarde. Creo que es un régimen que no le da nada al venezolano, sino sufrimiento. No es comparable con otras dictaduras porque si tomamos otras dictaduras como Ortega, o mismas dictaduras venezolanas, como la de Pérez Jiménez, eran dictaduras que tienen una gestión. Eran terribles, represivas pero había una gestión, había un sector empresarial que crecía por una parte, pero aquí no crece nada. Aquí la producción la han destruido. Han destruido el empresariado.
Y eso quiere decir que acompañado de todos los elementos, de todos los factores, la probabilidad de que se produzca una ruptura es muy alta, y más en este momento en el que están todos los planetas alineados: está la hiperinflación, está la comunidad internacional, están las protestas, está todo eso alineado.