La oncóloga y hematóloga estadounidense Catherine Wu, declara que “Ninguna persona responde al cáncer igual que otra”. Esta investigadora ha estudiado durante muchos años la respuesta de sus pacientes al trasplante de médula ósea para tratar sus leucemias. “Si te preguntas por qué algunos se curaron, entiendes que es una reacción compleja que involucra a todas las ramas del sistema inmune, así que probablemente un tratamiento homogéneo, una especie de talla única para todos los pacientes, no va a funcionar”, asevera Wu en su despacho del Centro de Cáncer Dana-Farber, en Boston (EE UU).
La doctora está aplicando esa idea al desarrollo de una vacuna contra el cáncer. La nueva generación de fármacos de inmunoterapia se basan en despertar al sistema inmune para que aprenda a identificar y eliminar las células tumorales. Wu busca de esta manera, la forma de que esa respuesta sea mucho más específica y que además funcione en todas las personas, no solo en una fracción de ellas, como ocurre ahora.
Wu reconoce que “La gente ha trabajado en las vacunas del cáncer durante décadas, se ha puesto mucho esfuerzo y ha habido muy buenas ideas, pero no muchos resultados”. Existen en estos momentos dos avances que han devuelto la esperanza a este campo de investigación. Uno de ellos es la mejora de la tecnología para secuenciar el genoma completo del tumor de cada paciente, con lo que se puede dar a conocer con detalle el perfil genético específico de su cáncer. Por otro lado, también han mejorado mucho los algoritmos que predicen cómo una proteína concreta se unirá a la superficie de una célula, de manera que el sistema inmune pueda verla.
Hace cuatro años, la doctora intentó tratar a pacientes con leucemia crónica con células tumorales desactivadas. Esa autovacuna reforzó la respuesta inmunitaria y ayudó a algunos de los pacientes tratados a controlar el tumor. La nueva vacuna de Wu es una versión refinada que lleva solo “los ingredientes activos”, conocidos como neoantígenos “Son (proteínas) muy específicas del tumor y no se encuentran en tejidos normales, así que, de repente, tenemos una forma de identificarlos y podemos usar nuestra creatividad para ver cómo vamos a atacar a esos antígenos”, sentencia. El problema es que los neoantígenos son muy diferentes de un paciente a otro, por lo que hay que hacer un tratamiento específico para cada uno.
Nueva Vacuna
La nueva vacuna, tiene dos componentes, el primero son péptidos desarrollados en base a los neoantígenos del tumor, estos muestran los antígenos a las células del sistema inmune y así aprenden a identificarlos y eliminar las células que los llevan en su superficie. El segundo componente es una secuencia de ARN que aumenta la respuesta inmune.
NeoVax está siendo probado en dos ensayos con pacientes de glioblastoma, el cáncer cerebral más agresivo y difícil de tratar, y melanoma, explica Wu. Un tercer ensayo podría comenzar en unos meses en pacientes con cáncer de riñón. Los tres ensayos son de la fase uno, la primera de las tres requeridas para probar la eficacia de cualquier fármaco, por lo que se trata aún de los pasos iniciales. Los resultados preliminares “parecen prometedores”, acota Wu.
Si funcionase, se aplicaría en conjunto con otros tratamientos de inmunoterapia. La vacuna permitiría dirigir el ataque del sistema inmune justo al tumor y después se administraría otro fármaco de inmunoterapia ya aprobado para “soltar los frenos” del sistema inmune y dejar caer el ataque con toda su fuerza. Pero si siguiese existiendo cáncer, se tendría que aplicar un tratamiento adicional a base de linfocitos modificados genéticamente en base al perfil del tumor de ese paciente.
Este sería el tipo de tratamientos contra el cáncer que se pueden esperar en el futuro. La investigadora no menciona la quimioterapia, pues posiblemente no sea necesaria en el futuro. “A pesar de todos los éxitos que ha habido con la quimioterapia, no sabemos del todo por qué funciona, si es solo es por la droga en sí o si ha provocado también una respuesta inmune posterior que ayudó a matar al cáncer”, explica, añadiendo que “este es otro campo que habrá que estudiar” señala.
“Cambiar su forma de pensar”
La doctora Wu opina, que con este tipo de tratamientos las grandes farmacéuticas tendrán que “cambiar su forma de pensar”. En lugar de tener solo una vacuna, fabricar miles de dosis y almacenarlas, estos tratamientos nuevos serán de usar y tirar. Algunas farmacéuticas grandes están apostando por estos tratamientos personalizados, resalta. La médica explica que el precio de estas vacunas personalizadas “no es superior” al de algunos fármacos actuales de inmunoterapia. Como ventaja permitirían que la inmunoterapia “funcionase en todos los pacientes”. “Creo que con estos tratamientos, en el futuro, podremos fortalecer al sistema inmune lo suficiente como para que el cáncer sea indetectable”, asegura.