(A Todo Momento) — Justo antes del inicio del periplo europeo del primer ministro británico Boris Johnson, que viajará a París y Berlín para intentar doblegar la posición europea, el Gobierno que preside ha lanzado una amenaza nada velada de introducir medidas estrictas de control de frontera y acabar con la libre circulación de ciudadanos europeos, a partir del primer instante de la desconexión, el 31 de octubre a medianoche.
Por Enrique Serbeto | ABC de España
La libre circulación dentro de la UE ha sido a la vez el aspecto más valorado por los europeos y el principal caballo de batalla de los partidarios del Brexit desde el principio del debate. Hasta la antecesora de Johnson, Theresa May, había previsto con Bruselas un periodo de transición para intentar aliviar al máximo los inconvenientes para los ciudadanos, por lo que se entiende que este anuncio es un endurecimiento de la posición británica, respuesta tal vez a la filtración del documento en el que se reconocen los gravísimos perjuicios que supondría para el Reino Unido la ruptura sin acuerdo.
Ayer mismo, un día después de la publicación del informe del Gobierno británico que reconoce los grandes inconvenientes de una ruptura sin acuerdo, una portavoz del 10 de Downing Street dijo que las intenciones de Johnson son ahora mucho más radicales.
“Introduciremos de inmediato normas más estrictas sobre delitos para las personas que ingresan al Reino Unido”, dijo, y agregó que los demás cambios inmediatos para un nuevo sistema de inmigración estaban “en desarrollo” y que serían parecidos al sistema de puntos que rige en Australia.
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“The3million”, una asociación que defiende los intereses de los aproximadamente 3,6 millones de ciudadanos europeos que residen en el Reino Unido, consideró el anuncio como “irresponsable” puesto que “abre la puerta a una discriminación generalizada” de personas que se encuentran en el país actualmente en igualdad de derechos, pero que a partir del 1 de noviembre pueden ver cómo se les arrebatan.
Según el gobierno británico, hasta fines de julio último más de un millón de europeos ya habían obtenido el estatus de “residente permanente” para continuar viviendo en el país después del Brexit como extranjeros.
En agosto, Johnson habló de un plan para emitir visas especiales con las que atraer a los “mejores cerebros” y permitir que el Reino Unido “continúe siendo una superpotencia científica” una vez que haya salido de la Unión Europea. También prometió proteger los derechos de los ciudadanos europeos establecidos en el Reino Unido para continuar viviendo en el país, incluso en caso de Brexit sin acuerdo, aunque ahora ya no se puede saber en qué situación queda nadie.
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“Estaremos listos para salir el 31 de octubre, con o sin acuerdo”, dijo Johnson ayer durante una visita a un hospital. Johnson se reunirá con la canciller alemana el miércoles y con el presidente francés el jueves, antes de participar en la reunión del G7 en Biarritz el sábado. Durante estas reuniones sucesivas, Johnson espera lograr que los europeos abandonen su posición fijada en el acuerdo de salida negociado y firmado con Theresa May, pero que el Parlamento británico ha rechazado en tres ocasiones.
“Ahora, por supuesto, nuestros amigos y socios en el otro lado del Canal están mostrando un poco de reticencia en este momento ante la idea de cambiar su posición” dijo Johnson que sin embargo insiste en mantener el pulso centrado en el mecanismo de salvaguardia para evitar una frontera estricta entre la República de Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte. “Tenemos que prepararnos para un resultado sin acuerdo”, insistió el primer ministro conservador. “Y quiero llegar a un acuerdo y estamos listos para trabajar con nuestros amigos y socios para llegar a ese acuerdo, pero si quieres un buen trato para el Reino Unido, debes prepararte simultáneamente para salir sin acuerdo”, dijo.
Por ahora, todos los países europeos mantienen estrictamente la posición que quedó fijado en el acuerdo negociado.