(A Todo Momento) — Con toda una exhibición de pompas y agasajos fue recibido el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a la capital de China en el marco de su gira por Asia en la que Norcorea es el tema candente, reseñó El Mundo.
El propio Xi Jinping y su esposa Peng Liyuan fueron los guías de la pareja Trump en su visita privada a la famosa Ciudad Prohibida sita en la Plaza de Tiannamen donde en un guiño a la pretensión china por limar asperezas en la relación bilateral, la pareja presidencial pudo apreciar los tres espacios más conocidos de este complejo: el Salón de la Armonía Suprema, el de la Armonía Central y el de la Preservación de la Armonía.
Trump y Melania disfrutaron de un té y una exhibición de ópera. A cambio, el primero mostró a su anfitrión un vídeo de su nieta de cinco años, Arabella Kushner, una figura especialmente mediática en China por su fluido conocimiento del mandarín.
En un sentido menos lúdico, los representantes norteamericanos y su contraparte china firmaron acuerdos por valor de 9.000 millones de dólares, en lo que el viceprimer ministro de economía local Wang Yang, dijo que sólo era un “precalentamiento”.
Esa cantidad es un guarismo minúsculo en relación al déficit comercial que arrastra EEUU con respecto a China y que ascendió a 347.000 millones de dólares en 2016.
Trump siempre ha acusado a Pekín de mantener una política comercial que perjudica a los intereses norteamericanos pero desde que accedió a la Casa Blanca ha decidido postergar lo que muchos expertos vaticinaban como un choque financiero inevitable a cambio del supuesto apoyo de China a su política de presión contra Corea del Norte.
“Responder al desequilibrio comercial es uno de los elementos claves de la discusión entre el presidente Trump y el presidente Xi. El objetivo común es conseguir un trato justo y recíproco para las empresas“, opinó el secretario de comercio norteamericano, Wilbur Ross, que viaja junto al mandatario.
Pyongyang, asunto prioritario
Lejos de orientarse en ese sentido, los datos del intercambio entre ambos países conocidos durante la jornada ratificaron un incremento del superávit a favor chino, superior en casi un 10% al que se registró en las mismas fechas el año pasado.
Sin embargo, los propios acompañantes de Trump han expresado sus limitadas expectativas sobre una solución a lo que es un problema estructural ante la prioridad que tiene el caso norcoreano para la nueva administración estadounidense.
El dignatario ya aludió a la necesaria colaboración de China durante la alocución que realizó por la mañana frente al parlamento de Corea del Sur, antes de abandonar esa nación.
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