Donal Trump, el magnate inmobiliario, llegó cómodamente a la presidencia del imperio. Muchos dicen que las encuestas se equivocaron, pero ellas reflejaron que con la última denuncia del FBI la caída de Hillary había sido estruendosa, tanto que luego todo se redujo a empates técnicos.
La gente votó por Trump, por un “outsider” -la antipolítica- como un voto castigo al “establishment”, es decir, a la élite en el poder. Pero esto va más profundo al invocar Trump todo aquello que era políticamente incorrecto y que la sociedad había tratado de enterrar. Jurungó las más escondidas pasiones y creencias que nadie se atrevía a decir en público, pero que están en la cultura de los WASP (White Anglo-Saxon Protestant), la cual aún está muy enraizada en los campos, los menos educados y las viejas generaciones -allí ganó Trump. El racismo, el rechazo a las otras religiones, la homofobia y el aislacionismo, tomaron el estrado. Dijo lo que muchos pensaban y mascullaban pero no se atrevían a decir en público.
El fenómeno “antiestablishment” no solo arropó a Trump, también Bernie Sanders (candidato en las primarias de los demócratas) lo combatía. Es que para la clase media que ve esfumarse el sueño americano que vivió la generación anterior había que cambiar el rumbo del país. Para Bernie el problema era la élite económica de Wall Street y para Trump la política de Washington.
Se presagia un imperio que caerá en el aislacionismo, que ha sido un hecho histórico real, al menos en el siglo XIX y comienzos del siglo XX. Incluso recordemos que EE.UU. entra a la Segunda Guerra con el ataque de Pearl Harbor. En este sentido, Trump ha hablado de no seguir financiando a la OTAN aunque ha prometido acabar con el Estado Islámico. Pero ahora, al Trump proponer la revisión de los Tratados de Libre Comercio (TLC) podríamos estar hablando de aislacionismo comercial.
Preocupa en la región la revisión de los TLC. Ha ofrecido revisar el que tiene con México y Canadá. Pero también están los firmados con todos los países de la cuenca del pacífico, menos Ecuador. Prometió revisar el majunche acuerdo con Cuba “que no ayuda al pueblo cubano”. Y agregó: me “solidarizaré con toda la gente oprimida en nuestro hemisferio y defenderé a los venezolanos oprimidos que desean ser libres”. ¿Tendrá Trump una política más firme contra el castrochavismo en el hemisferio? Si se empeña en el aislacionismo tendremos una política dura pero lejana. La de G. W. Bush fue lejana en lo político pero impulsó muchos TLC con la región.