(Redacción de A Todo Momento – Daniela Cadena) En Corea del Norte, esbozar una sonrisa o hablar alto en público son acciones vetadas. Desde que tal día como hoy en 1994 los norcoreanos perdieran a su primer líder, el 8 de julio “está prohibido sonreír, levantar la voz en la calle, beber alcohol o bailar, aunque nadie se plantearía hacerlo porque todo el país está de “luto”.
El país eremita, el reinado extraño, la dictadura “perfecta”. Marcada por la injusta división en dos mitades asimétricas e irreconocibles entre sí, la mitad estalinista de la controvertida península asiática malvive entre el surrealismo, la crueldad y la hambruna permanentes. Pocos han andado por allí desde 1945, y han salido para contar cómo se vive allí donde la Guerra Fría nunca se dio por terminada.
Hasta el día de hoy cuando una joven norcoreana decidió alzar su voz para contar todas las experiencias horribles que tuvo que soportar junto a su madre en Corea del Norte.